Pronunciamiento de los obispos de Nicaragua ante la huelga de los médicos

MANAGUA, jueves, 26 enero 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado emitido este miércoles por la Conferencia Episcopal de Nicaragua ante la prolongada huelga de los médicos

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Hemos atendido con particular interés el asunto de la huelga de los médicos, por influir sobre aspectos que se refieren directamente a la dignidad y la vida de la persona humana.

Reconocemos que es un derecho de toda persona hacer reclamos justos que vayan en pro del desarrollo y calidad de vida; sin embargo habrá que tomar en cuenta cuándo estos reclamos influyen directamente a terceros, como es el caso de los enfermos y personas pobres que llegan a nuestros hospitales en busca del auxilio y ayuda médica. Estas personas son los privilegiados de Dios, porque ha visto su aflicción y conoce sus sufrimientos (cf. Ex 3, 6-8)

Cuando se permite y comete el error de tratar a una persona humana por debajo de su dignidad, sobreponiendo intereses de tipo material, se pueden cometer en nombre de la justicia graves injusticias. Éste pudiera ser el caso de quienes en nuestra realidad actual, demandan a través de la huelga, aumento de salarios – con toda seguridad justo – pero que se convertiría en demanda injusta, si se niega la atención a personas que están abatidas por la enfermedad, el dolor y, en algunos casos, en riesgo de muerte.

Por tal razón, hacemos un llamado a los médicos, de manera que, revisen el método utilizado para la obtención de sus propósitos, no vaya a ser que una demanda justa se convierta en injusta por su forma (el fin no justifica los medios). Al respecto, recordamos lo que nos dice el Vaticano II en relación a las condiciones de licitud de una huelga: «En caso de conflictos económicos-sociales hay que esforzarse por encontrarles soluciones pacíficas. Aunque se ha de recurrir siempre primero a un sincero diálogo entre las partes, sin embargo, en la situación presente, la huelga puede seguir siendo medio necesario, aunque extremo, para la defensa de los derechos y el logro de las aspiraciones justas de los trabajadores. Búsquense, con todo, cuanto antes, caminos para negociar y para reanudar el diálogo conciliatorio.» (GS 68).

Nuestro llamado también se extiende a las autoridades del Ministerio de Salud, para que en la brevedad posible atienda las peticiones y demandas que son objeto de reclamos, hasta que se alcancen soluciones, con las que Nicaragua sería la mayor beneficiada.

Reiteramos, pues, a las partes involucradas en esta huelga a agotar los medios posibles de diálogo, para que se llegue a un acuerdo común de la forma más urgente.

Pedimos al Dios de la vida, ilumine a las personas que tienen responsabilidad en estos delicados asuntos, para que juntos busquen el verdadero desarrollo y bien común, el cual no se consigue nunca a costa del sagrado derecho a la vida. Que la Santísima Virgen, Madre de todos los hombres, interceda una vez más por todos los nicaragüenses, para que se logre la estabilidad social.

Dado en Managua, a los veinticinco días del mes de enero del año dos mil seis.

+ Monseñor Leopoldo José Brenes Solórzano
Arzobispo de Managua
Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua

+ Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón
Obispo de Juigalpa
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Nicaragua

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ZENIT Staff

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