KÖNIGSTEIN, martes, 2 mayo 2006 (ZENIT.org).- Las tensiones entre musulmanes y cristianos se ha agudizado en Nigeria a causa de la politización del islam y quizá de la religión en general, explica un representante católico en el país.
«El islam llegó a Nigeria en torno al año 1000, y el cristianismo, pese a llegar más tarde, ha coexistido y mantenido con él una relación muy natural y humana durante largo tiempo», señaló el padre Obiore Ike, vicario general de la diócesis de Enugu, en su reciente visita a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
El sacerdote, cuya diócesis pertenece al sur de Nigeria, añadió: «Sin embargo, en los últimos tiempos hemos venido registrando una agresividad y violencia cada vez mayores, una creciente politización del Islam y, tal vez, de la religión».
El padre Ike prosiguió explicando: «La politización más fundamental y crítica del Islam ocurrió en 1985, cuando el Gobierno militar declaró a Nigeria Estado islámico. Después, un presidente musulmán introdujo al país en la Organización de Países Islámicos. Evidentemente, los cristianos protestaron, pero Nigeria siguió siendo miembro de dicha organización. A ello hay que añadir un hecho al que se ha restado importancia, a saber, que 12 Estados nigerianos han decidido introducir la ley islámica en sus territorios, pese a contravenir la Constitución federal, según la cual Nigeria es un Estado secular en el que ninguna religión puede ser considerada religión estatal».
Citando el ejemplo del Estado de Kaduna, que «donde se ha impuesto la ley islámica aunque el 70 por ciento de su población sea cristiano», el vicario general se preguntaba: «¿Cómo es posible imponerle la ley islámica a personas que no la quieren, e incluso imponérsela pasando por encima de la Constitución nigeriana?».