Avanza el diálogo entre ortodoxos y católicos en Grecia

Entrevista al presidente de la Conferencia Episcopal

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SYROS (Grecia), jueves, 4 mayo 2006 (ZENIT.org).- Pequeños signos de unidad entre católicos y ortodoxos llegan desde Grecia. La celebración de la Pascua en la misma fecha es un ejemplo.

Monseñor Frangkiskos Papamanolis, ofm cap, presidente de la Conferencia Episcopal de Grecia, obispo de Syros y Santorini y vicario apostólico de la isla de Creta, explica que desde hace 34 años en Grecia se ha optado por celebrar en el mismo día la Pascua con los hermanos ortodoxos.

En esta entrevista concedida a Zenit, monseñor Papamanolis habla sobre las relaciones cotidianas de los católicos griegos con los creyentes ortodoxos y explica cómo, con la ampliación de la Unión Europea, ha aumentado en un 700% el número de católicos. En Grecia, los católicos no llegan al 1% y, entre ellos, los católicos de origen griego son sólo el 18%.

–¿La Iglesia católica en Grecia celebra la Pascua junto a los hermanos ortodoxos en todo el país o es una opción?

–Mons. Papamanolis: Es una decisión que tomaron nuestros obispos en los años 1968-1972. El primero que pidió el permiso a la Santa Sede en 1968 fue el entonces arzobispo de Corfú, monseñor Antonio Varthalitis. Siguió el entonces arzobispo de Atenas y administrador apostólico de Tesalónica, monseñor Benedetto Printezis, en 1970. Los obispos de las islas Cíclades, de Naxos-Tinos, de Syros y de Santorini, viendo el buen clima que había creado esta iniciativa, pidieron también ellos el permiso a la Santa Sede para celebrar la Pascua junto a los hermanos ortodoxos, y así desde 1972 la Pascua la celebramos en la misma fecha que los hermanos ortodoxos.

En la isla de Creta, sin embargo, donde hay un número de católicos reducido a la mínima expresión –unos 60 fieles en Canea, 4 en Rettimno y unos 20 en Hiraklion–, el obispo de Syros, que era también administrador apostólico de la diócesis de Creta, dejó libres a los párrocos de elegir una u otra fecha. Optaron por celebrar la Pascua en la misma fecha de Roma, porque siendo dos parroquias con mucho turismo había muchos turistas que participaban en las celebraciones de la Semana Santa. En Rethimnon no había ni siquiera misa el día de Pascua, no tenían sacerdote, la iglesia estaba medio derruida y los católicos, o mejor las mujeres católicas, eran cuatro como mucho. En Hiraklion había sacerdote y los parroquianos eran unos veinte, pero había muchos turistas que participaban en las celebraciones. En Canea casi lo mismo. Sin duda, ahora que en Creta los católicos son unos 3.500, dispersos por toda la isla, hay que repensar la situación. Y el obispo responsable que lo tiene que pensar soy yo, como administrador apostólico de Creta. Espero el momento oportuno.

–¿Cómo se podría unificar la Pascua con los ortodoxos a nivel mundial?

–Mons. Papamanolis: No veo cómo se pueda llegar a celebrar la Pascua en la misma fecha. La Iglesia católica, aunque quisiera cambiar el modo de computar la fecha y decidiera seguir a la Iglesia ortodoxa, se separaría de las Iglesias reformadas (protestantes), de los anglicanos, etc. La única solución es que todos los líderes de las Iglesias decidan el mismo modo de computar la fecha de la Pascua, o elijan un domingo de abril para celebrar todos juntos la Pascua.

–Benedicto XVI recibió hace poco tiempo una delegación del centro teológico ortodoxo griego «Apostolikí Diakonía» y se mostró dispuesto al diálogo con los ortodoxos. ¿Qué problemas y beneficios en la vida cotidiana tiene para usted este diálogo?

–Mons. Papamanolis: El diálogo es siempre beneficioso. Pero debe ser diálogo verdadero y no quedarse en el nivel de discusión, en la que cada uno dice lo que piensa, trata de convencer al otro y acoger su opinión, y luego cada uno sigue pensando lo mismo de antes. Y, al decir esto, no pienso sólo en la Iglesia ortodoxa, sino también en nuestra Iglesia católica. No dudo del hecho de que la Iglesia ortodoxa tiene muchas cosas que corregir pero también nuestra Iglesia católica tiene mucho que corregir.

En el Sínodo de los Obispos de 2001, hablé abiertamente y muy claramente. Para mí el problema del diálogo entre Iglesias es un problema de eclesiología. Tenemos textos a los que referirnos, los documentos el Vaticano II. Si se hubiera llevado a la práctica lo que decretaron los padres del Vaticano II, ahora habríamos dado pasos enormes hacia la unidad.

Respecto a los problemas y a los beneficios que este diálogo nos traería en la vida cotidiana, sin duda nos crea problemas pero son mucho mayores sin comparación los beneficios. El diálogo, incluso si se transforma en debate, crea siempre un buen clima en las relaciones interpersonales, que en realidad está en la base de todo diálogo.

En mi diócesis de Syros, por ejemplo, ortodoxos y católicos vivimos en un clima muy armonioso, tanto que dicen que queremos crear una iglesia piloto de cómo vivirá la Iglesia unida. Ni yo ni mi homólogo, monseñor Doroteos, lo habíamos pensado pero, si este es el resultado, bienvenido sea.

En la iglesia de Rettimnon, en mi diócesis de Creta, de la que soy administrador apostólico, al acabar la misa pascual, con gran sorpresa del celebrante y de los fieles, entraron el obispo ortodoxo de la ciudad, monseñor Anthimos, con su vicario general, el prefecto de la provincia de Rettimnon. Acabada la misa, pidieron al sacerdote celebrante si podían felicitar la Pascua a los fieles, cosa que hicieron, y ellos, aún estando todavía en el domingo de Ramos como ortodoxos, cantaron el «Cristo ha resucitado».

–Algunas parroquias católicas griegas tienen más fieles no griegos que autóctonos. ¿Forma parte todavía de la mentalidad del ciudadano griego pensar que ser griego signifique ser ortodoxo?

–Mons. Papamanolis: Sí, no sólo algunas parroquias tienen más extranjeros que autóctonos sino que en toda la Iglesia católica en Grecia los no griegos son la mayoría. Nosotros los griegos somos una minoría de alrededor del 18% dentro de la Iglesia católica local.

En cuanto a su pregunta de si está todavía en la mentalidad del ciudadano griego pensar que ser griego signifique ser ortodoxo, lamentablemente tengo que decir que sí. El año pasado, en un encuentro en el Ministerio de Instrucción Pública y de Cultos, de nuestra Conferencia Episcopal con directivos del mismo, una directora de una sección ministerial repitió justamente esto. Y, hace algunos años, me lo dijo el viceministro de Instrucción Pública y de Cultos. Imagínese qué pensará el pueblo.

–¿Cuál sería en su opinión el mayor desafío de los católicos griegos y cómo les puede ayudar la Iglesia universal a afrontarlo?

–Mons. Papamanolis: El mayor desafío en este momento es incorporar a nuestros hermanos católicos llegados de fuera de las fronteras de Grecia y que nos han dado un crecimiento del 700%. Al abrirse las fronteras entre los estados miembros de la Unión Europea, han llegado los hermanos del oeste. A causa de la caída del comunismo han llegado los hermanos del norte, especialmente polacos y albaneses. A causa de la inestabilidad de paz en Oriente Medio han llegado hermanos del este y también de África.

Este aumento ha sido repentino e imprevisto y nos ha sorprendido sin habernos preparado para ponernos a su servicio, especialmente en este periodo en el que, por una parte, la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas se hace sentir agudamente y, por otra, no logramos hacer comprender nuestro problema a quien podría e incluso debería ayudarnos.

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ZENIT Staff

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