El Papa pronunció sus espontáneas palabras en el Santuario de la Virgen de Kalwaria, adonde acudía en peregrinación el pequeño Karol, acompañado por su padre.
Poco antes, el Papa había visitado la casa de la familia Wojtyla y se había encontrado en esa localidad, Wadowice, con personas que llenaron hasta los topes la plaza.
Entre otras aclamaciones, los peregrinos gritaban dos palabras que habían aprendido en italiano «Santo, subito» (Santo, pronto).
Era la misma aclamación que se escuchó en la plaza de San Pedro durante el funeral de Juan Pablo II presidido por el cardenal Joseph Ratzinger.
La presencia junto al Papa del cardenal Stanislaw Dziwisz, antiguo secretario de Juan Pablo II y actual arzobispo de Cracovia, hizo que los recuerdos fueran más intensos.
Hablando en italiano, el Papa dijo al final de su breve saludo en el santuario: «Qusiera decir yo también, como el querido cardenal Stanislaw: «espero que la Providencia conceda pronto la beatificación y la canonización de nuestro querido Papa Juan Pablo II».
También en Wadowice, al dirigirse a los miles de fieles, el Papa aseguró que había querido visitar ese lugar «para rezar, junto con vosotros, para que pronto sea elevado a la gloria de los altares».
Al explicar los motivos de su presencia en estos lugares, citando al poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe, añadió: «Quien quiere comprender a un poeta, debería visitar su pueblo».
«Aquí, en Wadowice, «comenzó todo»», dijo citando una expresión del mismo Karol Wojtyla al visitar ese lugar el 16 de junio de 1999.