CIUDAD DEL VATICANO/VALENCIA, jueves, 15 junio 2006 (ZENIT.org).- «La piedad popular» es el tema de la octava catequesis del programa que, para todas las parroquias del mundo, han elaborado el Pontificio Consejo para la Familia y el arzobispado de Valencia en preparación al V Encuentro Mundial de las Familias (EMF) --convocado por el Papa en la ciudad española del 1 al 9 de julio--.
En nueve capítulos las catequesis tratan los grandes temas del Catecismo de la Iglesia Católica en una reflexión sobre la esencia de la familia cristiana, los valores del matrimonio y la transmisión de la fe.
Sumándose a esta preparación, Zenit está difundiendo semanalmente el texto íntegro de dichas catequesis.
La web plurilingüe www.wmf2006.org ofrece amplia información sobre el EMF.
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Catequesis octava
LA PIEDAD POPULAR
1. Canto Inicial.
2. Oración del Padrenuestro.
3. Lectura bíblica: Lucas 2, 41-52.
4. Lectura de la Enseñanza de la Iglesia:
1. Aunque la liturgia es la cumbre a la que tiende toda la actividad de la Iglesia y la fuente de donde mana toda su fuerza, no agota toda su actividad ni la vida espiritual de los fieles. Por eso, la Iglesia, además de la participación en la liturgia, fomenta y recomienda celebraciones y ciertos ejercicios de piedad popular. Unas veces, asume sin más ciertas manifestaciones que brotan de la genuina experiencia de la fe y religiosidad del pueblo cristiano; otras debe purificarlas de omisiones, acentuaciones excesivas o incluso de manifestaciones supersticiosas.
2. La experiencia secular de la Iglesia atestigua que este tipo de piedad ha producido abundantes frutos de vida cristiana en las familias y en los pueblos. Apoyada por esta experiencia y la luz del Espíritu Santo, la Iglesia cree que esta piedad puede seguir prestando grandes servicios a una fe verdaderamente inculturada, según la diversidad de los pueblos y continentes.
3. La piedad popular tiene múltiples manifestaciones a lo largo del curso del Año Litúrgico, especialmente durante la Cuaresma, Semana Santa y el Triduo Pascual. Durante el Tiempo Ordinario son múltiples las manifestaciones en torno a la Virgen María, los fieles difuntos y los Santos. Forman parte inseparable de esta piedad las peregrinaciones, las romerías a los santuarios, la visita a los cementerios, las procesiones, etcétera.
4. La familia cristiana ha estado muy vinculada con estas manifestaciones de piedad, especialmente con las peregrinaciones y romerías a los santuarios marianos, algunos de los cuales son mundialmente famosos; y ha trasmitido estas costumbres de padres a hijos. Todavía hoy no son pocas las familias cristianas que acuden con sus hijos a los santuarios de la Virgen y allí, además de realizar sus devociones, reciben los sacramentos de la Penitencia y Eucaristía.
5. Junto a estas manifestaciones, existen otras más cotidianas, como la bendición de la mesa en las comidas, el rezo del santo rosario en familia, la bendición de las casas o de los vehículos, la romería al santuario de la Patrona, la petición de la lluvia o la protección frente a las calamidades públicas, etc.
6. Puesto que la fe ha informado estas costumbres y prácticas religiosas, es conveniente que los padres continúen viviéndolas y trasmitan a los hijos ese espíritu sencillo y recio, de vivir sus relaciones con Dios en medio de las situaciones de su vida, no sólo extraordinarias sino más comunes.
7. Además, la fuerza de estas prácticas ha ejercido y ejerce una gran labor en la identidad de los pueblos y en la expresión externa de la fe profesada. Cuando tales manifestaciones se traducen en expresión social, se convierten en testimonio gozoso de la propia fe para los no creyentes y estímulo para los débiles.
5. Reflexión del que dirige.
6. Diálogo:
- ¿Por qué tiene importancia la piedad popular en la vida cristiana? ¿No es algo de poco valor?
- ¿Lleva la piedad popular a exaltar a María y a los santos por encima de Dios? ¿Por qué?
- ¿Puedes enumerar algunas manifestaciones desorientadas de la piedad popular?
7. Compromisos.
8. Oración del Ave María e invocación: Regina familiae. Ora pro nobis.
9. Oración por la familia: Dios Padre nuestro, que has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo a los ojos de tu pueblo: concédenos, te rogamos, que, imitando sus virtudes domésticas y unidos por los lazos del amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
10. Canto final.
© Pontificio Consejo para la Familia y Arzobispado de Valencia 2005