MADRID, domingo, 2 junio 2007 (ZENIT.org).- El religioso Joseph Narlaly ha sido elegido el 1 de junio superior general de la Orden Trinitaria en el capítulo general que se está celebrando en la ciudad de Monramanga (Madagascar). Joseph Narlaly sustituye en el cargo al religioso español José Hernández Sánchez, que finaliza doce años de mandato, informa la agencia IVICON.
Joseph Narlaly nació hace cincuenta y tres años en Karoor, en el estado de Kerala (India). Ingresó en la Orden Trinitaria en la provincia americana de Estados Unidos, hizo su noviciado y profesión simple en Pikesville (Maryland), emitió sus votos solemnes en Roma, siendo ordenado sacerdote en su pueblo natal. Es licenciado en teología y derecho canónico por la Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) de Roma, y maestro de espiritualidad. Habla inglés, italiano, español, hindi y maratí.
Durante los últimos seis años ocupó al cargo de Vicario General de la Orden y presidente del Secretariado Trinitario de Formación. Con motivo del tsunami que asoló la India en la Navidad de 2004, el padre Joseh Narlaly fue el coordinador de toda la ayuda enviada por la Orden y la Familia Trinitaria, así como el director de los proyectos trinitarios en el estado de Tamil Nadu. El padre Narlaly es el primer Ministro General de la Orden trinitaria de procedencia asiática.
Por su parte, el padre José Hernández, según manifestó en una entrevista concedida al programa de la cadena COPE «El espejo de la vida religiosa», su decisión de permanecer en Madagascar como misionero después de haber pasado doce años como Superior General de los Trinitarios. «Es un servicio hacia los cautivos, hacia los últimos, y hacia los más necesitados», señala el religioso trinitario convencido de que la misión propia de la Orden Trinitaria es «luchar contra las esclavitudes modernas y ser un signo de esperanza para las gentes que viven en condiciones de esclavitud y de opresión».
La Orden de la Santísima Trinidad y de la Redención de Cautivos (Trinitarios) es una familia religiosa fundada por el francés Juan de Mata (1154-1213).
Es la primera institución oficial en la Iglesia dedicada al servicio de la redención con las manos desarmadas, sin más armadura que la misericordia, y con la única intención de devolver la esperanza a los hermanos en la fe que sufrían bajo el yugo de la cautividad.
