LONDRES, lunes, 11 junio 2007 (ZENIT.org).- Analizadas las pistas que conducen a crisis familiares, la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales puso en marcha un programa trienal que muestra la importancia de reforzar el papel de las parroquias como una solución eficaz.

Con una de las tasas del mundo más elevadas en divorcios --en 2004 se separaron 167 mil parejas, tendencia en aumento constante desde 1996--, la crisis de la familia es un reto para la sociedad del país.

«Celebrating Family» («Celebrar la Familia») es la denominación de la campaña de tres años, lanzada como respuesta de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales a este panorama, contando con los resultados de «Listening 2004: My Family My Church».

En «Listening 2004», 15 mil familias de todas las diócesis acogieron la invitación de los obispos para que les dijeran cómo podían ellos ofrecer más apoyo, y se identificaron necesidades familiares específicas.

Entre momentos críticos que las familias deben afrontar está la realidad del «aumento de la expectativa de vida» y de que «las parejas frecuentemente deben reconstruir su relación después de que los hijos se han marchado de casa», esto es, «aprender de nuevo a ser marido y mujer, no sólo padre y madre», expresan el obispo John Hine, presidente del Comité para el Matrimonio y la Familia, del episcopado de Inglaterra y Gales, y Elizabeth Davies, responsable del programa «Everybody's Welcome» («Todos son bienvenidos»), primera etapa del citado trienio.

A esto se añade --declaran al servicio informativo del episcopado italiano «Sir»-- que «actualmente se necesitan dos sueldos para que una familia pueda sobrevivir», dado el elevadísimo precio de la vivienda, «y las largas horas de trabajo impiden a las parejas tener tiempo para ellas y comunicarse de manera adecuada».

Igualmente constatan que, actualmente, la asesoría matrimonial se divide en dos categorías: «preparación para la ceremonia y ayuda en tiempos de crisis; no existe una cultura que reconozca la necesidad de un alimento constante del matrimonio».

Para ayudar a los matrimonios existen «fines de semana de apoyo a las familias, organizados por la asociación "Marriage encounter" ("Encuentro matrimonial"); buscamos difundir la idea de que es importante para las parejas comunicarse bien y ser realistas y concretas, sin expectativas demasiado altas», explican.

Asimismo subrayan la importancia «también de difundir la idea de que las dificultades en una relación se pueden afrontar y superar».

En todo este contexto sale a la luz la función de la parroquia, pues si ésta «está atenta a las familias, reconoce las dificultades de la vida familiar y organiza los horarios» según las expectativas de las familias «usando imaginación y fantasía, por ejemplo, ofreciendo cursos de preparación al bautismo en la casa de la pareja -para que no tenga que buscar cuidadoras para los niños-, o dando oportunidades a las familias para que se encuentren, en lugar de concentrarse sobre todo en adultos y jóvenes», apuntan.

En este contexto, el objetivo de «Everybody's Welcome» «no es afrontar la crisis del matrimonio, sino sensibilizar las parroquias y hacerlas más acogedoras, de manera que se tengan comunidades más fuertes donde cada uno se sienta amado y aceptado por lo que es», puntualiza Elizabeth Davies.

«Celebrating Family» se centra, en la segunda parte de su programa, en la espiritualidad marital y familiar con el programa «El hogar es un lugar santo» («Home is a Holy Place»). La última etapa tendrá su eje en ayudar a padres y abuelos a «comunicar la fe en Dios» («Passing on the Faith»).

Más información y recursos en inglés en www.celebratingfamily.org.uk.