El empleado de Caritas/Action by Churches Together, Adam Adam, trabajaba en un campo para personas desplazadas en Darfur Occidental.

Cuando se trasladaba desde su casa al trabajo el domingo por la tarde, tres hombres le ordenaron detenerse. Cuando no les hizo caso, uno de los hombres le disparó tres veces.

Caritas informa que este asesinato sigue a un aluvión de ataques en los campos en torno a Zalingei. Desde principios de junio, cinco residentes de los campos han sido asesinados a tiros. Los secuestros de vehículos pertenecientes a Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales también continúan.

La organización humanitaria afirma que la situación de seguridad dentro y en torno a Zalingei sigue deteriorándose. Unos cien mil refugiados viven en el campo y siguen llegando más.