Arzobispo de La Paz llama a la reconciliación de los pueblos de América Latina

En la fiesta de Corpus Christi

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LA PAZ, viernes, 8 junio 2007 (ZENIT.org).- El arzobispo de La Paz, Bolivia, monseñor Edmundo Abastoflor, llamó a la reconciliación e integración de todos los pueblos de Bolivia, América Latina y el Caribe, durante la misa celebrada este jueves en ocasión de la fiesta de Corpus Christi.

El mensaje emitido por el prelado durante la homilía realizada en la catedral metropolitana Nuestra Señora de La Paz, fue más reflexivo que crítico y se refirió al Mensaje a los pueblos de América Latina y del Caribe, elaborado en la ciudad brasileña de Aparecida durante la V Conferencia del Episcopado.

La celebración contó con la presencia del presidente en ejercicio de la República, Álvaro García Linera, el canciller David Choquehuanca, el viceministro de planificación Noel Aguirre, la ministra de Desarrollo Rural, Susana Rivero, el presidente de la Corte Superior de Distrito de La Paz, Ricardo Alarcón, y miembros del Alto Mando de las Fuerzas Armadas de la Nación y de la Policía Nacional.

«Esperamos ser una Iglesia viva, fiel y creíble, que se alimenta en la palabra de Dios y en la Eucaristía (…) Valorar las diversas organizaciones eclesiales en espíritu de comunión (…) Impulsar la participación activa de la mujer en la sociedad y en la Iglesia (…) Valorar y respetar nuestros pueblos indígenas y afrodescendientes», señaló.

Monseñor Abastoflor dijo que también se espera avanzar en el diálogo ecuménico «para que todos sean uno», como también en el diálogo interreligioso, para hacer de este continente un modelo de reconciliación, de justicia y de paz.

«Cuidar la creación, casa de todos, en fidelidad al proyecto de Dios, colaborar en la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe. Que este continente de la esperanza también sea el continente del amor, de la vida de la paz», aseveró.

El Arzobispo de La Paz dijo que a todo esto nos impulsa y anima la fiesta de Corpus Christi y que por ello se la celebra con humildad y alegría, pero a la vez con convicción y orgullo agradecido de poder participar del cuerpo y la sangre de Cristo, para alcanzar la verdadera vida, en abundancia, que el salvador adquirió para nosotros con su cuerpo y su sangre que fueron entregados hasta la muerte.

Tras la homilía se realizó la procesión que recorrió la Plaza Murillo y calles adyacentes y fue encabezada por monseñor Abastoflor y las diversas autoridades, menos el presidente Evo Morales, que se encuentra en la isla de Cuba.

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ZENIT Staff

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