LONDRES, martes, 12 junio 2007 (ZENIT.org).- En Irlanda, Escocia, Inglaterra y Gales, las respectivas Conferencias Episcopales católicas trabajan estrechamente en la celebración de la Jornada por la Vida 2007, cuyo tema es la «discapacidad».
La iniciativa de tal Jornada se debe a Juan Pablo II, para alentar a la Iglesia católica en todo el mundo a celebrar la santidad de la vida.
«Bendito es el fruto de tu vientre», será el centro de la reflexión de la Jornada anual, dedicada a llamar la atención sobre el valor de la vida humana en toda etapa y en toda condición, informan conjuntamente los citados episcopados en la web www.dayforlife.org.
La Jornada de este año tiene como telón de fondo, entre otros aniversarios, los 40 años de la Ley del aborto en Inglaterra, Escocia y Gales.
La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales celebrará la Jornada por la Vida el próximo 1 de julio; la de Irlanda, el 7 de octubre; la de Escocia lo hizo el 31 de mayo.
Ante la proximidad de la Jornada en Inglaterra y Gales, el presidente de su episcopado, el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, recuerda: «La Iglesia católica cree que toda vida ha sido creada por Dios a su propia imagen y semejaza».
«Esto significa que toda vida es sagrada, con valor y sentido en toda etapa y en toda condición, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Es por esta razón que la Iglesia se opone firmemente al aborto, porque se trata de la supresión de una vida humana inocente», explica el purpurado, según cita «Catholic Communications Network» -la oficina de comunicaciones del episcopado de Inglaterra y Gales-.
De ahí que apremie a todos los católicos, pero especialmente a quienes ostentan responsabilidades públicas, a formarse en la enseñanza de la Iglesia y a buscar asesoramiento pastoral para que puedan tomar decisiones informadas con integridad.
Fue en su encíclica «Evangelium vitae» (sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana) cuando el Papa Karol Wojtyla propuso la celebración anual, en las distintas naciones, de una Jornada por la Vida.
Señalando la necesidad de que la convocatoria se prepare y se celebre «con la participación activa de todos los miembros de la Iglesia local», escribió: «Su fin fundamental es suscitar en las conciencias, en las familias, en la Iglesia y en la sociedad civil el reconocimiento del sentido y del valor de la vida humana en todos sus momentos y condiciones».
Y ello «centrando particularmente la atención sobre la gravedad del aborto y de la eutanasia -recalcó-, sin olvidar tampoco los demás momentos y aspectos de la vida, que merecen ser objeto de atenta consideración, según sugiera la evolución de la situación histórica».
