MADRID, martes, 12 junio 2007 (ZENIT.org).- Los 498 futuros beatos de la Iglesia católica no son «mártires de la guerra civil» española, sino «mártires de la persecución religiosa», puntualiza el reciente dossier informativo de la Oficina para las Causas de los Santos y de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española.
El documento –disponible en www.conferenciaepiscopal.es — subraya así el sentido de esta celebración, que tendrá lugar en Roma el próximo 28 de octubre, bajo el título «Beatificación de 498 mártires del siglo XX en España».
Se cuentan entre «los muchos miles que dieron su vida por amor a Jesucristo en España durante la persecución religiosa de los años treinta del pasado siglo», explica el informe; un siglo «en el que también se vieron perseguidos muchos otros cristianos en distintas partes del mundo».
De hecho, se recuerda que Juan Pablo II decía que al final del segundo milenio la Iglesia había vuelto a ser Iglesia de mártires.
Los futuros beatos son dos obispos, 24 sacerdotes diocesanos, 462 miembros de Institutos de Vida Consagrada (religiosos), un diácono, un subdiácono, un seminarista y siete laicos.
Como sintetiza el dossier, en este numeroso grupo hay dos mártires de la persecución religiosa que tuvo lugar en España en octubre de 1934; 489 sufrieron el martirio en 1936, y siete fueron martirizados en 1937.
«No decimos, por tanto, «mártires de la Guerra Civil», lo cual es inexacto cronológica y
técnicamente», recalca el documento.
Y es que «las guerras tienen «caídos» en uno y en otro bando. Las represiones políticas tienen «víctimas», sean de uno o de otro signo. Sólo las persecuciones religiosas tienen «mártires» -puntualiza-, sean de una o de otra ideología, de una o de otra preferencia –o pertenencia- política o incluso de distintas confesiones religiosas».
La mayoría son españoles, pero entre estos 498 mártires se cuentan cinco que nacieron en Francia –dos Hermanos de La Salle–, un dominico y un carmelita en México, y un agustino en Cuba.
Por grupos –de más numeroso a menos–, en el momento del martirio tenían entre 20 y 30 años de edad 145 futuros beatos; muchos eran aún estudiantes. Entre 40 y 50 años tenían 107 mártires; 97 tenían entre 30 y 40, y 72 tenían entre 50 a 60 años de edad.
En los extremos están 18 jovencísimos de 16 a 19 años; 41 mayores –de 60 a 70– y, finalmente, los 15 casi ancianos –de 70 a 78 años de edad–. De tres se desconoce la fecha de nacimiento.
«Una hora de gracia»: es el significado, según el documento de la Conferencia Episcopal española, de esta beatificación que se va a celebrar.
«Contribuirá a que no se olvide el «gran signo de esperanza» que constituye el testimonio de los mártires», pues «son precisamente sus testimonios los que se convierten en un nuevo estímulo para la renovación de la vida cristiana», subraya.
«La inmensa reserva de testimonio de fe viva y de perdón heroico que hay acumulado en todos ellos no dejará de dar frutos de justicia y de paz –expresa–. Los mártires, que murieron perdonando, son el mejor aliento para que todos fomentemos el espíritu de reconciliación».