Monseñor Foley, pro-gran maestro de la Orden del Santo Sepulcro

Sustituye al cardenal Furno

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 27 junio 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado pro-gran maestro de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén al arzobispo John Patrick Foley, hasta ahora presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.

Sustituye al cardenal italiano Carlo Furno, de 85 años, quien había presentado la renuncia por razones de edad. Antes había sido nuncio apostólico en Italia, Brasil, y el Líbano.

El arzobispo Foley, nacido hace 71 años, ordenado sacerdote por la diócesis de Filadelfia (Estados Unidos), en 1962, fue llamado por Juan Pablo II a guiar el dicasterio vaticano para los medios de comunicación cuando todavía era sacerdote, el 5 de abril de 1984. El 8 de mayo de aquel año fue ordenado obispo.

Según su estructura operativa, en la cumbre de la Orden del Santo Sepulcro, está el cardenal gran maestro, que nombrado directamente por el Santo Padre, rige y gobierna la Orden.

Al no ser cardenal en el momento del nombramiento, el arzobispo Foley recibe por el momento el título de «pro-gran maestro».

La Orden Ecuestre del Santo Sepulcro fue creada en 1098, tras la victoriosa primera cruzada, por Godofredo de Bouillon, duque de la Baja Lorena y Protector del Santo Sepulcro.

Su objetivo fue primordialmente proteger el Santo Sepulcro de los infieles con la ayuda de 50 esforzados caballeros. Balduino I de Jerusalén (hermano de Godofredo) fue quien la dotó oficialmente de su primer reglamento a imitación del Temple y el Hospital.

Entre sus hechos más gloriosos, la Orden del Santo Sepulcro luchó valerosamente junto al rey Balduino I de Jerusalén en 1123, participó en el asedio de Tiro en 1124, de Damasco durante la Segunda Cruzada (en 1148) y de San Juan de Acre en 1180.

Tras la toma de la ciudad santa de Jerusalén por parte de los musulmanes de Saladino en 1187, se trasladó a Europa y se extendió por países como Polonia, Francia, Alemania y Flandes. Se dedicó a partir de entonces al rescate de cautivos cristianos de manos musulmanas. También en España obtuvo un afamado protagonismo al intervenir en numerosas batallas de la Reconquista contra los invasores musulmanes.

Los componentes de la Orden han sido siempre distinguidos miembros de la nobleza europea. En 1489, el Papa Inocencio VIII incorporó la Orden a la de los hospitalarios, aunque en algunos lugares (como España) conservó su autonomía para convertirse en una entidad honorífica y dedicada a las obras de caridad, con un régimen especial dentro de la Iglesia Católica.

En 1847 el Papa Pío IX le confirió unos nuevos estatutos. Actualmente se dedica a la caridad y a la promoción de la vida cristiana.

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ZENIT Staff

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