ROMA, jueves, 28 junio 2007 (ZENIT.org).- La Universidad Pontificia Salesiana de Roma y la Embajada de Chile ante la Santa Sede organizaron este miércoles un acto de homenaje en el centenario del nacimiento del cardenal Raúl Silva Henríquez S.D.B., (1907- 1999), arzobispo de Santiago de 1961 a 1983.
Participaron los cardenales Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede y Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, así como el rector mayor de los salesianos, el padre Pascual Chávez.
En el saludo inicial el Rector de la Universidad, el padre Mario Toso, describió al cardenal Silva como «un profeta y un testigo creativo de la civilización del amor» con múltiples proyecciones a nivel eclesial, cultural, social, regional e internacional.
Un hombre con una fe templada en las pruebas y sufrimientos, vivida a fondo en sus implicancias sociales. La fe que le llevó a anunciar con radicalidad que «cada hombre es mi hermano».
Luego el padre Chávez recordó al cardenal como «un ejemplo de discernimiento para tomar decisiones de acuerdo al Evangelio, para interpretar las urgencias pastorales en una situación concreta, para mantener la unidad de la comunidad cristiana y la esperanza en la fecundidad de la verdad y del bien».
El cardenal Rodríguez Maradiaga lo describió como un «puente», un «pontífice», es decir, aquel que une siempre dos orillas, el que se niega a ver la humanidad como la marcha irreconciliable de dos mundos. El Cardenal Silva y pensaba, luchaba y sufría porque la convivencia fuera posible.
Por su parte, el cardenal Bertone compartió algunas experiencias vividas junto al cardenal Silva. El homenaje culminó con la proyección de un video con una entrevista al cardenal Silva durante el tiempo del Concilio Vaticano II.
Al concluir la jornada conmemorativa se recordó el testamento de este insigne pastor: «Mi palabra es una palabra de amor. He buscado a lo largo de mi vida amar entrañablemente a mi Señor… Mi palabra es una palabra de amor a todos…».
