SAN SALVADOR, lunes, 18 junio 2007 (ZENIT.org).- La Iglesia católica en El Salvador pidió este domingo al Congreso de los Estados Unidos que tenga «consideración» con los miles de inmigrantes ilegales que se encuentran en ese país en el momento de definir una reforma migratoria.

«En el caso de Estados Unidos hay que recordar que todos los que están en el Senado son migrantes o hijos de inmigrantes, que vivieron una migración a Estados Unidos hace un par de siglos. Es un país de migrantes y deben entonces tener una consideración hacia los migrantes actuales», consideró el arzobispo de San Salvador, monseñor Fernando Sáenz Lacalle.


Este domingo, monseñor Sáenz recordó que «la tierra es para ser habitada por la gran familia humana» y por lo tanto «debe haber una apertura hacia la migración» que, no obstante consideró, «debe estar regulada por los diversos países».

«La migración debe estar regulada pero no para rechazarla, sino más bien para canalizar ésta necesidad de trabajo que la gente tiene, y por tanto debe haber una legislación oportuna, pero teniendo en cuenta el principio general que todos somos hermanos y que debe haber una ayuda considerable a quien necesita emigrar», subrayó monseñor Sáenz.


En Estados Unidos viven unos 2,5 millones de los 2,8 millones de salvadoreños que están en el extranjero y que durante el 2006 enviaron en concepto de remesas familiares 3.315,7 millones de dólares, el 16% del PIB de El Salvador.

Republicanos y demócratas alcanzaron el 14 de junio un acuerdo para reintroducir a consideración del pleno del Senado un proyecto de reforma migratoria que había sido retirado de debate tras desacuerdos entre ambos partidos.