PRAGA, martes, 2 octubre 2007 (ZENIT.org).- Obispos de varias confesiones cristianas se han unido en Praga para afirmar que la espiritualidad de comunión es decisiva para que pueda avanzar la unidad de los cristianos y para la nueva evangelización del siglo XXI.
Es la conclusión a la que llegó el 27 de septiembre el Congreso ecuménico anual de prelados amigos del Movimiento de los Focolares que, desde el día 20 de ese mes y por invitación del cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga y promotor de estos encuentros, reunió a 43 obispos de 18 Iglesias, procedentes de 17 naciones de 4 continentes.
El momento culminante del encuentro fue el «Domingo ecuménico», celebrado en el «Centro Madre Teresa», donde los obispos se encontraron con 400 exponentes de la vida eclesial y civil: católicos, ortodoxos, luteranos, evangélicos, metodistas, baptistas, viejos católicos, pentecostales, husitas y miembros de la Iglesia de los Hermanos.
«Europa estaba saliendo del siglo XX con muchas heridas externas e internas –ha dicho en esta ocasión el obispo Christian Krause, presidente emérito de la Federación Luterana Mundial y que, como tal, firmó la Declaración conjunta católico-luterana sobre la justificación – pero Dios ha intervenido».
La firma de la Declaración, refrendada en 1999 en Augsburgo, hizo caer barreras seculares entre hijos de la Reforma y católicos.
«Mi noche no tiene oscuridad: por una cultura de la resurrección», fue el tema del Congreso, ilustrado mediante un discurso que Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, había preparado.
El encuentro ha servido para hacer un balance positivo de la Tercera Asamblea Ecuménica Europea en Sibiu (Rumanía), promovida por el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (obispos católicos) y por la Conferencia de las Iglesias cristianas de Europa, con la participación de 3000 delegados, así como del encuentro «Juntos por Europa» del 12 de mayo pasado en Stuttgart (Alemania), organizado por movimientos y comunidades de distintas Iglesias del viejo continente.
Con un aplauso se subrayaron las intervenciones de algunos de los obispos participantes en el Congreso, que subrayaron la profunda comunión que les une en la caridad fraterna, «con Cristo en medio de ellos».
«Volveré a Australia y llevaré en mi corazón a las otras Iglesias. Caminaré de la mano con los demás Obispos», ha asegurado el obispo anglicano David Murray de Perth.
Significativa la expresión del Obispo rumano ortodoxo de Serbia, Daniil: «Estamos asistiendo a la primavera ecuménica de Praga».
El cardenal Miloslav Vlk comenta: «Nos preocupa el actual calentamiento global del planeta, pero existe un enfriamiento del amor y de la solidaridad que es todavía más peligroso».
Sacando conclusiones del congreso, el purpurado checo propone: «Llevemos a cabo un ‘diálogo de la vida’: subrayemos lo que tenemos en común, empezando por el bautismo. No ignoramos las dificultades que existen en las Iglesias y entre las Iglesias, pero experimentemos que el amor evangélico, sobre todo el amor a Jesús crucificado y abandonado, nos da nuevas fuerzas para construir la comunión».
En el Congreso los obispos escucharon testimonios de sacerdotes y laicos que, basados en la espiritualidad de los Focolares, sostuvieron, ya desde los años sesenta, tiempo de persecución, a la Iglesia perseguida en la entonces Checoslovaquia, irradiando la vida del Evangelio.
Se han escogido las ciudades en las que se celebrarán en los próximos años este encuentro: en 2008 será acogido por el Líbano, afligido por graves tensiones; y en 2009 por Wittenberg (Alemania), ciudad-símbolo del protestantismo.
