El prelado ha pedido abogar por estos pueblos «que han dejado en la estacada en aras de sus intereses políticos y económicos».
«No somos marionetas ni leña para quemar en una hoguera», explica el arzobispo en declaraciones concedidas a la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN),
Los esfuerzos que realizan los cristianos iraquíes para permanecer en «la tierra de sus ancestros» no sólo sirven a la supervivencia, contribuyen también a mejorar las condiciones de vida del pueblo iraquí.
El arzobispo pide que se redoblen las oraciones por los cristianos iraquíes y la solidaridad hacia ellos.
Al mismo tiempo, pidió que recemos por los sacerdotes secuestrados el sábado, el padre Pios Affas y el padre Mazen Mattoka, «con la conciencia de que Dios es el Padre amoroso que nos ama más de lo que nos amamos a nosotros mismos».
El padre Mattoka fue ordenado sacerdote el pasado 1 de septiembre. El padre Affas, de 68 años de edad y de salud débil, iba a hacerse cargo el próximo viernes, junto con el arzobispo, del Centro para Estudios Bíblicos de Mosul.
Marie-Ange Siebrecht, experta de Ayuda a la Iglesia Necesitada para proyectos en Oriente Medio explica que la situación de los cristianos en Irak es «extremadamente difícil».
Un sacerdote, constata, debe estar «preparado para todo» en ese país.