MEXICO, lunes, 22 octubre 2007 (ZENIT.org-El Observador).- Con el objetivo de potenciar la «Gran Misión Continental» el portal católico Catholic.net ha presentado una herramienta que facilita la lectura y comprensión del «Documento de Aparecida» y que sirve para invitar y unir a todos aquellos que desean hacer algo para ponerla en marcha.
Los interesados pueden ingresar a http://misionaparecida2007.catholic.net, donde pueden encontrar algunas pantallas en las que aparecen textos selectos del documento y numerosas opciones que ofrecen diversas alternativas para ubicarse en el lugar correcto dentro del proceso de la misión, de acuerdo con su propia realidad, sus intereses e inquietudes.
El programa busca unir a personas que tienen los mismos intereses, preocupaciones y dificultades, a lo largo y ancho de del «continente de la esperanza».
La iniciativa ofrece un mapa general sobre los distintos ámbitos en los que se puede desarrollar la misión, de acuerdo con el documento, recursos para la misión, y un registro de apostolados y misioneros, entre otras cosas.
«Cada uno –explica Lucrecia Rego de Planas, directora de Catholic.net– puede observarse a sí mismo y descubrirse entre estos católicos ‘incompletos’, como por ejemplo, entre ésos que trabajan todo el día en obras de la Iglesia, pero que jamás han tenido una experiencia viva de Cristo y no lo conocen ni a Él ni a sus enseñanzas».
«O entre los que estudian mucho, que son discípulos ejemplares, conocen la Sagrada Escritura y la doctrina al derecho y al revés, pero jamás se han animado a anunciar el Evangelio a otros».
«Tal vez alguno se descubra entre los que se sienten solos porque no han encontrado una comunidad que les acoja dentro de la Iglesia o entre aquéllos que han contemplado el Rostro de Cristo pero no saben cómo invitar a otros para que también lo conozcan. O, tal vez, entre aquellos que se llaman cristianos, pero que su vida no refleja lo que creen, pues la viven al margen de Dios».
La directora de Catholic.net aclara que los obispos «nos están convocando a todos: sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, a que entremos en el proceso de esta Gran Misión continental, desde nuestro propio lugar de trabajo, en el ambiente en donde Dios nos ha permitido estar: los empresarios en sus empresas, los educadores en las escuelas, las amas de casa con sus familias, los sacerdotes en las parroquias, los políticos desde la vida pública, cada uno debe ser discípulo y misionero ahí mismo en donde Dios lo ha puesto».