La infancia espiritual, propuesta a «e-peregrinos» de la Jornada Mundial de la Juventud

La gran cita del Papa con los jóvenes del mundo en Sydney (Australia) en 2008

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SYDNEY, jueves, 25 octubre 2007 (ZENIT.org).- De la mano de Santa Teresa de Lisieux, se invita a los jóvenes a vivir el camino de la infancia espiritual mientras peregrinan «virtualmente» hacia Sydney (Australia), diócesis anfitriona de la Jornada Mundial de la Juventud 2008 (JMJ).

La propuesta llega con la última edición de e-PEREGRINACIÓN> («e-PILGRIMAGE>») o peregrinación «on-line», un instrumento nuevo en las JMJ para llegar a los jóvenes peregrinos y prepararles al gran encuentro de fe y fiesta con el Papa del próximo verano.

«El más pequeño entre vosotros, ese es el mayor» (Lc 9,48) es el versículo evangélico que recorre el boletín y con él inicia su «Mensaje de esperanza» el obispo Anthony Fisher –coordinador de la JMJ 2008–.

«Jesús nos invita a confiar en Él –escribe el prelado a los jóvenes–. Esto no es confianza pasiva, más bien es una correspondencia activa a su gracia, siendo conscientes en todo momento» de que «no nos pertenecen» los frutos de nuestro esfuerzo.

«Sólo es el Señor quien lo hace fructífero», recalca.

Monseñor Fisher alerta de la idea que el mundo presenta de una «persona estupenda»: «una persona con “éxito”, con una ambiciosa carrera», competitiva, que trata de sobresalir del resto, «con el poder de satisfacer todas sus necesidades y deseos».

«Pero el Señor Jesús, como siempre, nos sorprende con sus palabras» –reconoce–: «El más pequeño entre vosotros, ese es el mayor».

«Es bueno –prosigue el obispo australiano— tener ansias de grandeza», pero «si quieres ser el más grande, tienes que hacerte el más pequeño».

«¿Y cómo es el más pequeño?»: «son los humildes y puros de corazón, aquellos que –lejos de ser débiles y tímidos— son lo suficientemente fuertes de espíritu como para necesitar darse esa notoriedad» –responde monseñor Fisher–; «son los que se dan cuenta de que su grandeza no dependerá del éxito de sus posesiones o de cómo sean estimados».

Para estos «pequeños» –aclara– «su medida es la grandeza o la causa a la que ellos sirven, el horizonte hacia donde apuntan sus vidas»; «los que corresponden diariamente a la gracia de Dios», los «que reconocen que su esfuerzo es poco y que sólo es el Señor quien lo hace fructífero».

Y «Jesús nos invita a confiar en Él», cosa que «no es confianza pasiva», sino «más bien una correspondencia activa a su gracia», como apuntó anteriormente.

Pues fue la Patrona de las Misiones –octubre es el mes misionero— y también patrona de la Jornada Mundial de la Juventud, Santa Teresa del Niño Jesús, «quien llamaba a su “caminito” el camino de aceptar con humildad que no todo depende de nosotros», se lee en el mensaje del prelado.

«Hemos sido llamados a poner nuestras vidas en las amorosas manos de Dios, con la confianza de que Él nos levantará», confirma.

En línea con esta clave, la sección «Fundamentos de fe» de e-PEREGRINACIÓN> profundiza en el camino de la infancia espiritual: «es una espiritualidad madura basada en la humildad, honestidad y sencillez» que descubrió Teresa de Lisieux después de luchar mucho tiempo contra sus escrúpulos y culpas obsesivas.

Juan Pablo II la proclamó Doctora de la Iglesia en 1997 porque sus enseñanzas ofrecen «la síntesis de madurez espiritual cristiana».

En la «Oración del peregrino» propuesta para este mes se ofrece la que escribió Santa Teresa del Niño Jesús para la mañana:

«¡Dios mío! Te ofrezco a Ti todas mis acciones de este día por las intenciones y para la Gloria del Sagrado Corazón de Jesús. Deseo santificar cada latido de mi corazón, cada uno de mis pensamientos, mis más humildes labores, al unirlos con tus méritos infinitos; y deseo hacer reparación por mis pecados lanzándolos al fuego de tu Misericordioso Amor».

«¡Dios mío! Te pido por mi persona y por aquellos a quienes tengo muy cerca de mi corazón la gracia de poder cumplir siempre Tu Santa voluntad, aceptar por Tu amor las alegrías y tristezas de esta vida, que es de paso, para que podamos un día estar todos juntos en el Cielo para toda la Eternidad. Amén».

Del 15 al 20 de julio de 2008 la JMJ reunirá a jóvenes de todo el mundo junto al Papa. Las palabras de Jesús «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hechos 1, 8) es el lema elegido para la convocatoria.

Más información e inscripciones en la web oficial plurilingüe www.wyd2008.org.

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ZENIT Staff

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