CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 octubre 2007 (ZENIT.org).- «Tradición y futuro». Este es el título del primer editorial escrito por Giovanni Maria Vian, como director de «L’Osservatore Romano». Un título que se presenta como un programa.
La primera página de este domingo, con la que se abre una nueva era para el diario de la Santa Sede, permite comprender algo del camino que ha empezado a recorrer.
En las columnas centrales aparece la carta dirigida por Benedicto XVI a Vian, nacido en Roma el 10 de marzo de 1952, con la que espera que este diario sirva para mostrar «la fecundidad del encuentro entre fe y razón, gracias al cual se hace posible también una cordial colaboración entre creyentes y no creyentes».
«Su tarea fundamental sigue siendo obviamente la de favorecer en las culturas de nuestro tiempo esa apertura confiada y, al mismo tiempo, profundamente razonable al Trascendente, sobre el que se fundamenta en última instancia el respeto por la dignidad y de la auténtica libertad de todo ser humano», afirma el pontífice.
La primera página publica también una intervención del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en Mesina, quien define al diario vaticano como una «voz libre y autorizada».
En su editorial, Vian cita continuamente a Giovanni Battista Montini, futuro Pablo VI, quien en la secretaria de Estado vaticana ejerció durante más de quince años el papel de «alta dirección sobre el periódico».
«»L’Osservatore Romano» –es decir el diario y sus diferentes ediciones periódicas– es antes que nada el «diario del Papa», y difundirá de dos maneras la enseñanza y la predicación del obispo de Roma: conservando su peculiar naturaleza de documentación, y desarrollando la información periodística», anuncia el nuevo director.
«Pero también convirtiéndose más aún en expresión de los organismos y de las representaciones de la Santa Sede, en Roma y en el mundo», añade.
El diario, promete, dará amplio espacio a la panorámica internacional, en particular, al diálogo fe y razón, así como a la actualidad de la Iglesia católica, de las confesiones cristianas, del judaísmo, del islam y de las demás religiones.
«Siguiendo el ejemplo de Benedicto XVI y difundiendo sus enseñanzas, su periódico quiere dirigirse con amistad a todos, creyentes y no creyentes», concluye.
En el primer número aparece en la portada, además, un artículo del escritor español Juan Manuel de Prada con el título «La muerte revolucionaria de los mártires», sobre los 498 nuevos beatos de la Iglesia, asesinados en España en los años treinta.
Es todavía pronto para saber cuáles serán los cambios que introducirá el nuevo director. El más evidente es un nuevo estilo periodístico más sobrio que, por ejemplo, como los demás periódicos, escribe «papa», «cardenal» o «presidente» con minúsculas.