MADRID, miércoles, 16 enero 2008 (ZENIT.org).- La mayor parte de los medios de comunicación españoles se hicieron eco entre el martes y el miércoles del aplazamiento de la visita de Benedicto XVI a la Universidad «La Sapienza» de Roma, ante las protestas de un grupo minoritario de profesores y alumnos a los que califican de «extremistas» y de tendencia anarquista.
Los periódicos madrileños citan las declaraciones de importantes personalidades italianas del mundo de la cultura, como, entre otros, Dario Fo, premio Nobel de Literatura, el profesor de «La Sapienza» Giorgio Israel y Massimo Cacciari, alcalde de Venecia y profesor de Filosofía.
El diario de Madrid ABC minimiza la importancia de la protesta de un grupo al que califica de «extremista» y aduce que, en una universidad como la de «La Sapienza», la carta de 67 profesores oponiéndose a la visita representa exactamente el 1,4% de un personal docente compuesto por 4.767 profesores.
Las palabras de Dario Fo afirmando que está «contra todo tipo de censura, pues el derecho a la palabra es sagrado» han sido recogidas por un buen número de medios españoles.
Según informa hoy el corresponsal de ABC en Roma, «el grupo de profesores de Física que comenzó la protesta acusando al Papa de haber atacado a Galileo ignora que fueron precisamente Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger quienes rehabilitaron en 1992 al astrónomo italiano».
Destaca así mismo que «en sus veinticinco años de profesor universitario y en otros tantos en Roma, Joseph Ratzinger ha promovido siempre el entendimiento entre la fe y la razón».
Recoge también las palabras del profesor de Matemáticas de La Sapienza, Giorgio Israel, judío, citando a Voltaire en «L’Osservatore Romano»: «Lucharé hasta la muerte para que tú puedas decir lo contrario de lo que yo pienso».
Otros medios recogen las palabras del profesor de Filosofía y alcalde de Venecia Massimo Cacciari que señaló que Benedicto XVI es una gran autoridad moral y cultural «más allá de la fe» y que es necesario mantener un diálogo con la Iglesia.
Por su parte, la agencia Colpisa subraya hoy que se trata de un caso similar al de Ratisbona, recordando que todo el mundo ha ido a buscar el antiguo texto de Ratzinger sobre Galileo de 1990, origen de la protesta, para ver qué dice realmente.
El citado texto de hace 18 años, desempolvado por los revoltosos, ha sido el pretexto del conflicto fabricado por la minoría de estudiantes de tendencia anárquica que constituyen la «Red de Autoformación».
Según Colpisa, el texto, como muchos textos académicos de Ratzinger, tiene «alto contenido filosófico» y «recuerda la polémica del discurso de la Universidad de Ratisbona en 2005, donde una cita medieval, sacada de contexto, desató las iras del Islam radical».
«Esta vez, Ratzinger –indica la citada agencia– habla del proceso a Galileo y explica que «se elevó a mito de la Ilustración», pero apunta que varios autores, incluso marxistas y agnósticos, lo han revisado. Cita a Bloch, Von Weizsacker y el «drástico juicio» de Feyerabend: ‘La Iglesia se atuvo a la razón más que el propio Galileo y consideró las consecuencias éticas y sociales de su doctrina (…) Su sentencia fue racional y justa’».
A un texto de tipo académico, redactado para el público universitario, en el que se aportan una serie de citas para explicar lo que diversos pensadores dijeron sobre el tema, se le da la vuelta para poner en boca del Papa, fuera de contexto, la cita del filósofo agnóstico Feyerabend.
En 2005, a raíz de Ratisbona, la inicial polémica sobre un texto mal entendido abrió un espacio a ulteriores y fecundas iniciativas de diálogo con el sector más ilustrado y moderado del Islam.
Es posible que, ahora, la polémica prefabricada produzca una reflexión que lleve a una profundización en el actual y fructífero diálogo fe-ciencia que, por iniciativa eclesial, mantienen numerosos representantes del mundo académico de todo el mundo.
Por Nieves San Martín