MOSUL, viernes, 18 enero 2008 (ZENIT.org).- En la tarde de este jueves estalló otro coche-bomba ante la iglesia caldea de la Inmaculada, en el barrio de Al-Shifa de la ciudad iraquí de Mosul.
Según informa Baghdadhope, fuente informativa para los cristianos caldeos, «la policía, al haber recibido información sobre un coche sospechoso, había evacuado y rodeado la zona. Sin embargo, no tuvo tiempo para desactivar la bomba, que ha provocado daños a la pared exterior y a las puertas y ventanas del edificio».
«No ha habido víctimas, sólo dos heridos leves»¸ informan estas fuentes de la Iglesia caldea, la comunidad cristiana más numerosa en el país.
La iglesia caldea de la Inmaculada de Mosul había sido blanco de ataques terroristas el 7 de diciembre de 2004, cuando hombres armados entraron por la fuerza en la casa episcopal contigua y colocaron explosivos que destruyeron parcialmente el edificio.
En aquella ocasión, la explosión no dañó la iglesia, cuya parte más antigua se remonta al siglo VII. La edificación moderna es del año 1744.
Monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Bagdad, ha explicado al servicio de información religioso de Italia, SIR, que la iglesia de la Inmaculada es venerada también por musulmanes de Mosul, pues se dice que la Virgen salvó Mosul en el siglo XVII de una invasión de extranjeros.
Se trata del décimo ataque en doce días contra lugares de culto cristianos en las ciudades iraquíes de Bagdad, Mosul, y Kirkuk.
El obispo considera que estos atentados buscan mostrar que en el país no hay seguridad ni estabilidad, impidiendo al mismo tiempo la reconciliación nacional.
El 16 de enero, los caldeos iraquíes han concluido el ayuno de Nínive, en el que han rezado por la paz. «Por desgracia las iglesias estaban casi vacías por miedo a los atentados», deplora monseñor Warduni.