ROMA, miércoles, 23 enero 2008 (ZENIT.org).- Mucho más que interpretar normas; el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, que se ocupa del Derecho Canónico en todas sus dimensiones, despliega sus funciones con un objetivo: «ayudar al Papa» en esta materia.

La presentación, en la Sala de Prensa de la Santa Sede, del congreso que organiza el dicasterio por el 25º aniversario del actual Código de Derecho Canónico (CDC), fue una oportunidad para conocer, el martes, el alcance de sus funciones.

Tienen su origen según las necesidades que se presentaban. De hecho, como explicó el presidente del dicasterio, el arzobispo Francesco Coccopalmerio, las diversas denominaciones que se le han dado son expresión de las nuevas tareas que progresivamente se le iban atribuyendo en el siglo XX.

Se partió de la creación, en 1966, de la Pontificia Comisión para la revisión del CDC; el texto normativo vigente entonces era de 1917.

Fruto de tal labor, Juan Pablo II promulgó el actual CDC el 25 de enero de 1983. Entonces suprimió la citada Comisión; en su lugar constituyó -el 2 de enero de 1984- la Pontificia Comisión para la Interpretación del CDC.

Como recordó monseñor Coccopalmerio, la reforma de toda la Curia Romana, a través de la Constitución Apostólica Pastor Bonus -del 28 de junio de 1988- transformó tal Comisión en Pontificio Consejo.

A los pocos años se sumó a su función la interpretación de las leyes comunes a las Iglesias orientales católicas, dada la aprobación del Código de los Cánones de las Iglesias Orientales.

La denominación «Pontificio Consejo para los Textos Legislativos» se fijó en 2000.

Y es que, aún siendo «una tarea muy importante», «la interpretación de las leyes no es ni la única ni la más habitual de las funciones que el dicasterio debe realizar», confirma su presidente. Sus competencias, más amplias, se comprenden en una «triple actividad».

El dicasterio «ayuda al legislador supremo, esto es, al Papa, a mantener constantemente la legislación en la Iglesia lo más completa y actualizada posible»; «le ayuda igualmente a vigilar la correcta aplicación de las leyes vigentes»; finalmente -como se ha dicho--, «ayuda al Papa en la delicada actividad de la interpretación de las normas», sintetiza monseñor Coccopalmerio.

El Congreso que ha organizado el Pontificio Consejo -jueves y viernes próximos, con el título «La ley canónica en la vida de la Iglesia. Investigación y perspectivas en el signo del reciente Magisterio Pontificio»-- se orienta, de manera general e inicial, a hacer balance de la aplicación del CDC y de todas las demás normas que los distintos organismos de la Curia Romana y los legisladores particulares han producido en estos 25 años.

Se esperan de la iniciativa, igualmente, aportaciones que sirvan para el trabajo futuro del dicasterio organizador, apunta su presidente.

Específicamente el cardenal Tarcisio Bertone -secretario de Estado--, con su intervención conclusiva, trazará qué se espera del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos en este momento histórico de la Iglesia y de la Curia. Lógicamente se aguardan, en especial, las palabras del Papa, que recibirá en audiencia a los participantes -hay más de setecientos inscritos--.

Por Marta Lago