ROMA, miércoles, 30 enero 2008 (ZENIT.org).- Directores y personal de Caritas testigos en diferentes rincones del mundo de la destrucción de la guerra, han exhortado al gobierno y a la población de Kenia para que apoyen el diálogo y el cese de la violencia.
En una declaración, afirman: «Nuestros países han sido separados con la violencia política, étnica y religiosa. Hemos sido testigos de la devastación causada por estas divisiones y ahora seguimos con desesperación la situación en Kenia, un país que durante años ha sido considerado un modelo de estabilidad, en una región turbulenta».
Firman el mensaje, entre otros, monseñor Thaddée Ntihinyurwa, arzobispo de Kigali y presidente de Caritas Ruanda; el obispo Louis Nzala Kianza, presidente de Caritas en la República Democrática del Congo; Nuth Samol, director de Caritas Camboya; el padre Louis Samaha, presidente de Caritas Líbano; Claudette Habesch, secretaria general de Caritas Jerusalén; monseñor Héctor Fabio, director de Caritas Colombia; y Lesley-Anne Knight, secretaria general de Caritas Internacional.
«La situación sigue precipitando cada día, por la senda de la matanza y la limpieza étnica» afirman en su comunicado.
«En Ruanda, más de medio millón de personas fueron masacradas en tres meses. Mientras, en la República Democrática del Congo, más de cinco millones de personas han muerto desde 1995».
«Con la división de Yugoslavia, volvió el genocidio a Europa, con escenas reminiscentes de la segunda guerra mundial o del Holocausto del pueblo judío. En Tierra Santa, todavía sigue sufriendo la población, sobre todo en Gaza. Hoy en Darfur, hay dos millones y medio de personas sin techo».
«Rogamos al Gobierno, los partidos de la oposición y al pueblo keniano, que pongan fin a la violencia», afirman los signatarios.
«Ya se ha hecho mucho daño, pero todavía no es demasiado tarde para alejarse del precipicio. Les ofrecemos las lecciones aprendidas en nuestros países, en solidaridad con aquellos atrapados en este conflicto, y con la esperanza de que nuestros ejemplos sirvan para impedir a Kenia proseguir en el camino de la tragedia. La paz y la reconciliación, a través del diálogo, son los únicos caminos a seguir».