Según un comunicado hecho público por la Santa Sede, el encuentro fue “cordial”, y ambos Jefes de Estado “intercambiaron opiniones sobre algunos temas de interés general”, entre ellos, las relaciones de Papúa-Nueva Guinea con los países vecinos “y los efectos del cambio climático”.



El primer ministro papuano y el Papa hablaron también “sobre la situación política y social del país”, y también sobre “la significativa contribución de la Iglesia católica”, especialmente “en los sectores de la educación, de la promoción humana y de la salud”.



Papúa-Nueva Guinea es un país de Oceanía formado por un grupo de islas, incluyendo la mitad de la isla de Nueva Guinea, entre el Mar del Coral y el este de Indonesia. Tiene actualmente casi 6 millones de habitantes, de los que los católicos, la más numerosa de las confesiones del país, representa el 27% de la población.