BUDAPEST, miércoles, 12 noviembre 2008 (ZENIT.org).- «Tenemos la responsabilidad común de cooperar por el bien de la humanidad, denunciando las posturas tanto anticristianas como antisemitas, y toda forma de discriminación». Así lo afirmó el cardenal Walter Kasper, presidente de la Comisión de la Santa Sede para as Relaciones Religiosas con el Judaísmo, durante el encuentro entre representantes de ambas religiones que concluyó este miércoles en Budapest (Hungría).
Según recoge L’Osservatore Romano en su edición de hoy, el cardenal Kasper auguró «un mayor empeño de judíos y católicos en trabajar juntos, para difundir compasión y misericordia en un mundo cada vez más frío y despiadado».
Respecto de las relaciones entre judíos y cristianos, el purpurado subrayó que tras la declaración del Concilio Vaticano II Nostra Aetate, éstas «han cambiado irreversiblemente», no sólo para bien de ambas sino «de toda la humanidad».
«Prejuicios y enemistades han sido superados, una mejor comprensión recíproca ha favorecido la reconciliación y la cooperación, han nacido amistades que se han consolidado con el tiempo», añadió.
En el mismo sentido, el rabino David Rosen, presidente del Jewish-catholic Liaison Committe, declaraba este martes a Radio Vaticano que tanto judíos como cristianos «comparten la responsabilidad de la construcción de nuevas sociedades sanas, que no se funden únicamente en el materialismo secular, sino que tengan una visión y un propósito existencial».
Rosen definió este encuentro de Budapest como «histórico», al reunir a judíos y católicos en la conmemoración de la «Noche de los cristales rotos», lo que demuestra que «ambos, católicos y judíos, hemos recorrido un camino para intentar transformar la tragedia del pasado en una memoria compartida, para recordar y aprender».