Los embriones congelados en un callejón ético sin salida

Según la instrucción vaticana «Dignitas personae»

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 12 diciembre 2008 (ZENIT.org).- Muchas son las salidas que se buscan para salvar la vida de millones de embriones que se encuentran congelados, pero el problema ético sigue en pie, pues surge de una grave violación de la dignidad humana, considera la Santa Sede.

Sobre este interrogante ético se pronuncia la Congregación para la Doctrina de la Fe por medio de la instrucción «Dignitas Personae. Sobre cuestiones de bioética«, presentada este viernes en una rueda de prensa en el Vaticano.

Desde hace años, en numerosos laboratorios de procreación «in vitro» se congelan varios embriones con el objetivo de lograr más posibilidades de éxito o bien porque los padres podrían querer otro embarazo.

Esto provoca un elevado «excedente» de miles de embriones que luego no son utilizados para la procreación y quedan «huérfanos» en los laboratorios, muchas veces olvidados.

Confirmando que la técnica de congelación de embriones es inmoral, el documento se pregunta qué hacer con estas vidas humanas congeladas en su fase embrional.

La instrucción vaticana afirma que «son claramente inaceptables las propuestas de utilizar tales embriones para la investigación o para usos terapéuticos, porque implica tratarlos como simple ‘material biológico’ y comportan su destrucción».

El documento condena también la posibilidad de que se pongan a disposición de las parejas estériles «por las mismas razones que hacen ilícita tanto la procreación artificial heteróloga como toda forma de maternidad subrogada».

Del mismo modo reitera su rechazo a la posibilidad de la «adopción prenatal», reconociendo que, aunque pueda estar basada en la noble causa de respetar la vida humana, «plantea problemas éticos no diferentes a los ya mencionados».

En definitiva, el documento vaticano constata que «los millares de embriones que se encuentran en estado de abandono determinan una situación de injusticia que es de hecho irreparable».

Por eso, lanza un llamamiento a «la conciencia de los responsables del mundo científico, y de modo particular a los médicos para que se detenga la producción de embriones humanos, teniendo en cuenta que no se vislumbra una salida moralmente lícita para el destino humano de los miles y miles de embriones ‘congelados’, que son y siguen siendo siempre titulares de los derechos esenciales y que, por tanto, hay que tutelar jurídicamente como personas humanas».

En la rueda de prensa, el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi S.I., concluyó aclarando que el tema de los embriones congelados, así como el de la fecundación in vitro es algo que «la Iglesia ha condenado desde el inicio».

Con estos precedentes y en estas circunstancias, dijo, «no se puede indicar una senda moral para salir de esta situación».

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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