SAN JUAN DE PUERTO RICO, jueves 29 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Se está celebrando, desde el martes 20 y hasta el próximo 31 de enero, en la Universidad del Sagrado Corazón y Casa de Predicación San Vicente Ferrer, en Bayamón, San Juan de Puerto Rico, el curso “Liderazgo Episcopal en el mundo de hoy a la luz de Aparecida”, organizado por el Departamento de Comunión Eclesial y Diálogo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

La coordinación está a cargo del presbítero Crisóforo Domínguez, secretario ejecutivo del Departamento de Comunión Eclesial y Diálogo del CELAM y ha contado con la colaboración del Instituto Teológico Internacional de Puerto Rico, según informaba ayer la agencia vaticana Fides.

Participan obispos de 17 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Jamaica, Nicaragua, México, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela y Estados Unidos.

El curso se propone analizar la situación actual, la propuesta de Aparecida, y los recursos humanos y materiales que necesita un obispo para cumplir su misión.

La iniciativa nació en la misma V Conferencia General de Aparecida, con la intención de promover y extender entre los pastores el espíritu que la animó, y buscar la aplicación del documento y sus orientaciones.

Las actividades centrales del día inaugural fueron la celebración eucarística que presidió el arzobispo Roberto González de San Juan de Puerto Rico, y la ponencia “La Misión de la Iglesia a la Luz de Aparecida. La formación integral de discípulo misionero”, que estuvo a cargo del arzobispo de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, Ramón Benito de la Rosa.

Algunos de los temas en agenda son: Ecumenismo (abad Óscar Rivera, osb); María, discípula y misionera (María Clara Bingemer); Pastoral de la Comunicación (monseñor Baltasar Porras, Venezuela); Teología, liturgia y comunicación (monseñor Baltasar Porras); Ética y Deontología de la Comunicación (Bernardo Carrasco) y Redacción para los Medios (Bernardo Carrasco).

Otros temas previstos tratarán sobre planificación, dinámicas de las organizaciones, liderazgo de equipos de trabajo, y también se abordarán de manera amplia los mecanismos de autofinanciación de las diócesis y organizaciones eclesiásticas.

El curso finalizará el 31 de enero con una conferencia sobre “La importancia de las Relaciones Públicas” y una celebración eucarística.

El curso coincide con los 500 años de la fundación de la diócesis de Puerto Rico.

Cristianos se preparan a celebrar el Día Mundial del Agua

BUENOS AIRES, miércoles, 28 enero 2009 (ZENIT.org).- El próximo 22 de marzo de se celebra el Día Mundial del Agua. Cristianos de diversas asociaciones y movimientos se han unido en una iniciativa que une Agua y Espiritualidad, promoviendo un “Acuerdo Ciudadano con la Tierra”.

Es una iniciativa del Movimiento Agua y Juventud (www.acuerdociudadano.org) que ofrece “una herramienta simple y efectiva con la cual toda persona, comunidad y organización puede hacer su aportación cotidiana para que todos tengan acceso al Agua Fuente de Vida lo antes posible”, informa a ZENIT Jorge Carcavallo Picho desde Argentina.

Este compromiso ciudadano se traduce en, añade, “cambiar algunas de nuestras actitudes y hábitos frente a los recursos que utilizamos diariamente, muchas veces impensadamente”.

La iniciativa ha sumado hasta ahora cerca de dos mil firmas, y esperan, antes del 22 de marzo próximo, Día Mundial del Agua, llegar a las treinta mil, o tres millones. “¿Por qué no, todos cuidando la Vida?”, se pregunta.

Invita a todos a ser parte activa del Acuerdo Ciudadano personalmente y, si es posible, con su comunidad de aprendizaje y acción. Los coordinadores del Acuerdo Ciudadano están a disposición de quien quiera unirse en: www.acuerdociudadano.org.

La herramienta Acuerdo Ciudadano por la Tierra fue creada por el Movimiento Internacional Agua y Juventud, cuyo presidente es Ricardo Bertolino (www.waterandyouth.org).

La invitación “Agua y Espiritualidad”, inspirada por la iniciativa “Por Ríos de Vida”, que organizan el obispo Jorge Pedro Casaretto –obispo de San Isidro, Buenos Aires, y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de Argentina–, y los presbíteros Anibal Filippini y Roberto Baron de la misma diócesis, se presentó el 8 de diciembre de 2007, en la celebración eucarística que precedió a la Procesión por el río Luján.

Más de veinte mil fieles, incluyendo el Intendente y otras autoridades, recibieron, indican los organizadores, “un inspirador mensaje sobre la importancia de tomar acciones concretas para sanar y cuidar el ‘Agua de Vida’”.

A raíz de una lectura sobre el encuentro de los jóvenes con Benedicto XVI, en el Santuario de Loreto, Italia, un grupo de amigos tuvo la idea “Por Ríos de Vida” e incluso la llevaron pocas semanas después al río Jordán, donde fueron en peregrinación, informa Jorge Carcavallo.

“El Movimiento Internacional Agua y Juventud surge de jóvenes de numerosas organizaciones quienes han tomado la decisión de trabajar juntos en la construcción de una sociedad más equitativa y sustentable. Para lograr sus objetivos, se proponen ayudar a fortalecer las acciones locales que realizan millones de personas a lo largo del planeta en temas relacionados con el agua, e incidir en las políticas publicas que impactan en la gestión de este bien de todos”, informa la página web del movimiento.

El primer paso en la estructuración del movimiento se dio del 12 al 14 de abril de 2007, en Buenos Aires, durante las “Primeras Jornadas Internacionales Agua y Juventud”, a las que convocaron alrededor de trescientas organizaciones.

Hoy, la propuesta se encuentra estructurada o en formación en alrededor de cincuenta países de África, América, Asia y Europa.»

“Agua fuente de Vida”, explican, es una frase repetida por millones en las misas alrededor del mundo y también el lema del Decenio del Agua de las Naciones Unidas.

En Mateo 25 se dice: “¿Cuándo te vimos sediento y te dimos de beber…? […] cuando lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hiciste”.

La Torá narra que Amón y Moav están excluídos del derecho de admisión en el pueblo de Israel porque no se acercaron a ofrecer pan y agua a los judíos que transitaban cerca de sus poblados, durante la travesía por el desierto. “No hicieron nada por ayudar a unos pobres esclavos recién liberados, una figura social muy próxima a nuestras comunidades de excluídos actuales”, explican los impulsores de la iniciativa.

El Corán dice: “Informales que el agua está para repartirla entre ellos…” (Sura 54, versículo 28). El Bhagavad Gita narra: “¡Oh Arjuna, soy el sabor del agua!” (7.08-09). Y se podría seguir con citas de los pueblos originarios de tantos países sobre el valor de este elemento indispensable para la vida y la necesidad de su socialización y reparto equitativo.

“Hoy –concluye Jorge Carcavallo- los sedientos no sólo andan en caminos polvorientos, sino en nuestras ciudades y pueblos, sin acceso a agua potable o segura. Y la gran pregunta que se hacen millones es ¿qué puedo hacer yo desde mi lugar?”

Por Nieves San Martín