MADRID, jueves 30 de abril de 2009 (ZENIT.org).- Un reconocimiento que «nos anima a seguir trabajando aún con más empeño en el anuncio de Jesucristo»; así califica Beatriz Esteban, presidenta de la Milicia de Santa María, la aprobación pontificia que recibió recientemente este movimiento como asociación privada internacional de fieles laicos.
Cerca de 50 miembros viajaron a Roma para recoger el pasado 7 de abril el decreto de reconocimiento en el Consejo Pontificio para los Laicos, en un acto presidido por el cardenal Stanislaw Rylko, presidente de este dicasterio vaticano, acompañados por Esteban y por la directora de las Cruzadas de Santa María, Lydia Jiménez.
La Milicia de Santa María nació en España en 1959 en el seno del instituto secular Cruzados de Santa María y de su rama femenina Cruzadas de Santa María, ambos fundados por el siervo de Dios padre Tomás Morales S.J.
Actualmente se encuentra presente en España, Alemania, Irlanda, Italia, México, Colombia, Perú, Chile y Camerún.
ZENIT habló con Beatriz Esteban sobre el carisma de este movimiento, la espiritualidad que viven sus miembros y las principales instancias en las que las «Militantes», buscan santificarse en la vida cotidiana para dar vida a la Iglesia.
–Comencemos por el nombre de esta asociación: «Milicia de Santa María». ¿Cómo descubre usted la presencia de María en esta nueva realidad eclesial?
–Beatriz Esteban: En primer lugar, un dato importante es que nuestra asociación ha sido aprobada justo en el año conmemorativo del 150 aniversario de las apariciones de la Virgen en Lourdes, a quien el siervo de Dios Tomás Morales había encomendado su obra desde los inicios y a quien tenía una gran devoción. Además la fecha del Decreto de aprobación es del 8 de diciembre de 2008, festividad de la Virgen Inmaculada, con todo lo que significa ella en la historia de nuestro movimiento. Entonces no hay duda: la Virgen Inmaculada es la que nos sigue iluminando y sosteniendo para que sea posible vivir y transmitir el estilo de vida propuesto por la Milicia de Santa María como nueva realidad eclesial.
—¿Qué supone para este movimiento el haber sido aprobado como asociación privada internacional de fieles laicos?
–Beatriz Esteban: Es una alegría para nosotras haber sido reconocidas por el Consejo Pontificio para los Laicos. Con esto la Iglesia reconoce que el estilo de vida y el itinerario recogido en nuestros Estatutos es válido como camino de santificación personal y como medio para acercar las almas a Dios.
Pero, además, esta aprobación supone una exigente llamada a la responsabilidad apostólica. Una responsabilidad de dar a conocer a Jesucristo a través de nuestro apostolado específico de los Ejercicios Espirituales; a ser testigos de Él en el apostolado «alma a alma», uno a uno, entre nuestros amigos y compañeros de estudio o de profesión; a ser audaces y coherentes en esta nueva evangelización a la que nos invitó Juan Pablo II.
—¿Cuál es la relación entre la Milicia y los institutos seculares Cruzados de Santa María y la rama femenina Cruzadas de Santa María, fundados por el padre Morales?
–Beatriz Esteban: Todas estas obras pertenecen a un mismo movimiento apostólico y junto con los Hogares de Santa María (rama matrimonial) forman la Familia de Santa María que viven un mismo carisma, inspirado por el Espíritu Santo al Siervo de Dios Tomás Morales S.J. a mediados del siglo XX. Es decir, todas ellas se nutren de la misma espiritualidad. Sin embargo, la Asociación Milicia Santa María (rama femenina) tiene una relación más estrecha con el instituto secular Cruzadas de Santa María, y como dicen nuestros Estatutos, participa de la espiritualidad y misión del mismo, en cuyo seno ha nacido. Así mismo, las Cruzadas de Santa María colaboran en la formación y dirección espiritual de los miembros de la Asociación. De la misma forma, a ellas les corresponde el deber moral de velar y cuidar por la conservación y transmisión íntegra del carisma legado por el fundador.
–Dos instancias importantes para los miembros de este movimiento son los Campamentos de Santa María y los Ejercicios Espirituales. ¿Como fortalecen ambos eventos la fe de los miembros de este instituto?
–Beatriz Esteban: Para las militantes de Santa María, los campamentos son sobre todo una pedagogía en la formación integral de cada persona. En los campamentos, al contacto con la naturaleza se busca transmitir al joven una serie de valores tanto humanos como espirituales. Exigiendo a cada persona según sus posibilidades. Inculcándoles la vida de oración y mortificación, de entrega a los demás, de olvido de uno mismo. Con lo que se pretende forjar en cada una un espíritu de superación, ayudarla a troquelar su voluntad así como educarla en el cultivo de la reflexión con la finalidad de formar personalidades maduras, con bases sólidas, para poder responder y ser fieles a la vocación a la que Dios les llame.
Además, los campamentos son una buena preparación para Ejercicios Espirituales, el otro medio esencial en nuestra Asociación para favorecer el encuentro con Jesucristo y poder continuar avanzando en Su seguimiento. Los Ejercicios Espirituales permiten en un clima de silencio y oración, siguiendo la línea pedagógica ignaciana, un encuentro íntimo y auténtico con Jesucristo, en el que se puede conocer a Dios, a una misma y como consecuencia a los demás.
—¿Espiritualidad carmelitana e ignaciana?
–Beatriz Esteban: La Milicia de Santa María es tronco ignaciano y savia carmelitana. Con respecto a lo primero, los Ejercicios Espirituales se realizan en silencio y en soledad, al estilo ignaciano y son la fuente de nuestra espiritualidad. Cada año, durante una semana, todas asistimos a los Ejercicios Espirituales, lejos de nuestras muchas ocupaciones diarias, para estar a solas con Cristo. Estos Ejercicios Espirituales anuales se prolongan en retiros mensuales a lo largo de curso. Cada mes nos retiramos para estar un día de silencio y oración a solas con Dios y fortalecer nuestra vida interior.
Por otro lado, el siervo de Dios Tomás Morales siempre bebió de la fuente de los escritos carmelitanos, y quería que así lo hicieran los demás. Por tanto, nuestra espiritualidad siempre ha estado influida por el Carmelo. De hecho nos inculcó que la oración de una Militante debe ser una oración contemplativa. Además, desde el comienzo de su obra recurrió a la oración de las Carmelitas Descalzas, teniendo una relación muy estrecha con esta orden durante toda su vida de sacerdocio».
—El padre Morales subrayaba tres realidades sobrenaturales: las Sagradas Escrituras, los santos y el Magisterio de la Iglesia. ¿Cómo pueden convertirse en pilares de la fe de los laicos del siglo XXI?
–Beatriz Esteban: El padre Morales, consideraba esas tres realidades como soporte fundamental de catolicismo, pero él ponía el acento en el amor a la Virgen y al Papa, por lo tanto en el Magisterio de la Iglesia, como camino seguro que nos lleva directamente a Jesucristo.
Asimismo, creo que en esta sociedad tan descristianizada, hoy más que nunca los laicos, nos debemos formar muy bien y para ello recurrir a las fuentes originarias de la fe, como son las Sagradas Escrituras, así como a la Tradición de la Iglesia, para fortalecer nuestra fe y hacer de todas estas enseñanzas vida. Pues no sólo tenemos que tener fe, sino que además tenemos que dar razones de nuestra fe a todos los demás, y además está fe se debe hacer vida para poder ser testigos del Resucitado.
En los santos se ve muy bien cómo la fe y el amor a Jesucristo se hacen vida. Los santos son modelos de vida cristiana y de unión con Dios, son unos testigos excelentes del Amor y unos ejemplos magníficos de respuesta a la Gracia. El padre Morales se dio cuenta de todo esto, él leía asiduamente las vidas de
los grandes santos, y las recomendaba como lectura espiritual. Además, nos dejó escritas unas semblanzas de la vida de los santos más importantes del calendario litúrgico, que se han ido ampliando después de su partida al Cielo.
Más información: http://www.cruzadasdesantamaria.org/milicia/
Por Carmen Elena Villa