FLORIDA, Uruguay, jueves, 30 abril 2009 (ZENIT.org).- Finalizó este miércoles la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal del Uruguay, celebrada entre el 22 y el 28 de abril, en la Casa de Retiros «Jesús Buen Pastor», de Florida. Los obispos reunidos emitieron documentos sobre la misión permanente y la educación católica. Así mismo hicieron públicas pautas para el próximo proceso electoral y un mensaje a los trabajadores en su día.
Entre los temas abordados en la Asamblea está la misión continental. Los obispos dirigieron un mensaje a todas las comunidades católicas titulado «Misión Continental para una Iglesia en estado de Misión Permanente». En el documento, se responde a la pregunta ¿qué es la misión continental? y se formulan propuestas concretas para ser implementadas a nivel nacional.
Aprobaron también un documento largamente trabajado sobre orientaciones pastorales para la educación católica en el Uruguay. Este documento recoge la participación de muchos educadores y educadoras de las instituciones de educación católica de todo el país.
Como es tradicional, los prelados elaboraron un saludo destinado a los trabajadores uruguayos con motivo de la fiesta de San José Obrero, Día de los Trabajadores.
Además, hicieron público un documento pastoral dirigido a las comunidades católicas ante el año electoral.
En el documento titulado «Pautas para el discernimiento político en año electoral», los obispos se dirigen «a todas las comunidades católicas del país y a todos los cristianos para compartir algunos criterios que ayuden a un discernimiento evangélico en orden a ejercer responsablemente nuestra ciudadanía en este año electoral».
En primer lugar, dan gracias al Señor «por hacernos sujetos directos en la construcción de nuestras realidades sociales e históricas. Por ello, consideramos una bendición la posibilidad de asumir nuestras responsabilidades políticas, y lo hacemos como expresión de nuestra fe».
Los obispos recomiendan la lectura de un documento suyo anterior sobre el mismo tema de 2003, titulado «Católicos, Sociedad, Política».
«Nuestra responsabilidad política como ciudadanos es permanente -afirman–, ya que con nuestro actuar cotidiano también vamos definiendo la sociedad en la que vivimos. Sin embargo, hay momentos en que esa responsabilidad se hace especialmente presente en nuestras vidas, y el proceso electoral es una de ellas».
Según los obispos, la pregunta que hay que hacerse no es por quién votar sino «¿qué país quiero construir para el futuro?».
«El proceso eleccionario trasciende la elección de un gobierno, y supone un horizonte social que se quiere alcanzar. De este modo, es nuestra obligación ciudadana trascender lo puramente político partidario y la mera coyuntura electoral para buscar el bien común de nuestro pueblo a corto y a largo plazo», afirman.
«Como Iglesia tenemos la responsabilidad de colaborar activamente en la construcción de una sociedad cada vez más humanizante. Esto exige de nosotros el empeño permanente de realizar una reflexión comunitaria, respetuosa y profunda, así como del discernimiento y compromiso personal en la toma de decisiones», concluyen.
En otro mensaje los obispos, con motivo del primero de mayo, saludan a los hombres y mujeres trabajadores.
«Junto a nuestro pueblo valoramos y agradecemos el esfuerzo honesto que se lleva a cabo en la producción agropecuaria e industrial; en el hogar, la salud, la educación, el transporte, el comercio y demás servicios, para crear los bienes materiales y culturales que sostienen y hacen más humana la vida de todos los uruguayos», afirman.
Se muestran preocupados por que «los efectos de la crisis económica y ética global, de la prolongada sequía y los problemas energéticos que sufre nuestro país afecten sobre todo a quienes ya padecen a causa de muchas privaciones».
Les preocupa también «que se atribuya la crisis a meros aspectos coyunturales de la economía, dejando de lado la incidencia de las decisiones personales, la omisión de responsabilidades, la corrupción y la codicia que pueden anidar en cualquier corazón. Todo ello nos exige un discernimiento y un examen de conciencia, particularmente a aquellos que inciden directamente en las finanzas internacionales».
Reafirman «la dignidad de la persona humana y la familia y el derecho de todo ciudadano a un trabajo humano y decoroso, como valores fundamentales que no pueden ser olvidados ni postergados». «En situaciones de naufragio y rescate de emergencia en las que coloca al mundo la presente crisis, son los primeros a considerar y salvar», subrayan.
Y concluyen elevando su oración «para que el trabajo sea cada día mejor instrumento de humanización y lugar de realización del Reinado de Dios que se va abriendo paso en la vida y en la historia de todos los hombres».
Para acceder a todos los documentos: http://www.iglesiauruguaya.com
Por Nieves San Martín