DUCHAMBÉ, lunes, 22 junio 2009 (ZENIT.org).- El 19 de junio solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, día en el cual ha comenzado el año sacerdotal, se celebraron en la Misión Sui Iuris de Tayikistán tres imposiciones de hábito, dos novicios pertenecientes al Instituto del Verbo Encarnado y una novicia del Instituto de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matara.
En la ceremonia participaron el superior de la Misión, padre Carlos Ávila IVE, el superior de la Delegación Nuestra Señora de Lujan, padre Juan Carlos Sack IVE, y el resto de los sacerdotes pertenecientes al Instituto del Verbo Encarnado. También estuvieron presentes las religiosas del Instituto de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matara, quienes se desempeñan en la Misión colaborando en dos parroquias, informa a ZENIT el padre Carlos Ávila.
Según el testimonio de la superiora de la Delegación Nuestra Señora de Luján, la Madre Mariam Malaika, del Instituto de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará: «la joven perteneciente a nuestra comunidad parroquial recibió el santo hábito de nuestro Instituto. Como es tradición en nuestro Instituto las religiosas
reciben también un nuevo nombre en honor a la Santísima Virgen. La novicia se llama María Lujánskaia (María de Luján). Nombre muy significativo para toda la familia del Verbo Encarnado, además desde los primeros años la Misión Sui Iuris ha sido consagrada a Nuestra Señora de Luján (patrona de Argentina)».
En la misma ceremonia, también dos novicios pertenecientes al Instituto del Verbo Encarnado Mijail y Orzu, recibieron la sotana. Uno de ellos es hermano de la nueva novicia.
La hermana Maria Lujanskaia pertenece a una familia católica de la parroquia de San José en Duchambé, la misma está constituida por ocho hermanos, tres de los cuales son religiosos. La primera vocación de la familia es la hermana María Mater Vaplashonnava Slova (M. Madre del Verbo Encarnado) que actualmente completa su formación en el Estudiantado Internacional de las religiosas Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, en Italia.
«Es de gran alegría para nosotros y un gran testimonio para todos, que Dios siga bendiciendo a la pequeña comunidad católica de Tayikistán con jóvenes vocaciones que quieran seguir el llamado de Nuestro Señor Jesucristo, especialmente aquí en donde la vida religiosa no es muy conocida para esta cultura en su mayoría musulmana», declara el padre Carlos Ávila.
«Encomendamos a vuestras oraciones a estos jóvenes que libremente han comenzado sus primeros pasos en el seguimiento de Cristo, bajo la protección de su Madre Santísima», concluye.
La Iglesia crece en Tayikistám
Tres nuevos religiosos toman el hábito