ROMA, jueves 4 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Entre el 18 y el 20 de febrero se celebrará en Sassone (Italia) la XXIV° Asamblea Nacional de la Federación Italiana de Ejercicios Espirituales (FIES).
El objetivo es profundizar la relación entre los Ejercicios Espirituales y el clero, la vida consagrada y los laicos. Uno de los participantes será monseñor Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura.
Para conocer mejor la historia, la actualidad y la práctica moderna de los Ejercicios Espirituales, ZENIT ha entrevistado al padre Stanislao Renzi, C.P. Secretario Nacional de la FIES.
-En un mundo como el moderno actual tan secularizado, ¿cuáles son las razones que vosotros proponéis para promover y practicar los Ejercicios Espirituales?
Padre Renzi: “La secularización, que a menudo se transforma en secularismo abandonando la acepción positiva de secularidad, pone a dura prueba la vida cristiana de los fieles y de los pastores… hoy es un reto providencial al que hay que proponer respuestas convincentes a las preguntas y a las esperanzas del hombre” (Benedicto XVI).
Los Ejercicios Espirituales, en cuanto que escucha de la Palabra de Dios rumiada largo tiempo, permiten discernir la voluntad de Dios y, conformándose a ella, supera la mentalidad en la que Dios está ausente, y al mismo tiempo, se empela en vivir en comunión con Dios y con los hermanos.
Por esta razón la Federación de los Ejercicios Espirituales (FIES) promueve los ejercicios y estimula a los responsables a programar cada año ejercicios para cada categoría de personas: sacerdotes, religiosos, laicos, jóvenes, ancianos, de cada a la renovación de la vida cristiana para dar una respuesta a los graves desafíos planteados por la sociedad secularizada y por la indiferencia religiosa.
“No olvidéis nunca que los ejercicios son una petición insistente, que la Iglesia dirige no solo a sus ministros sagrados, a los religiosos y a las religiosas, a todas las personas consagradas, sino también a aquellos que quieren entrar en sí mismos, dedicar tiempo a Dios con el alma abierta a la esperanza de encontrarle en su propio camino, para amarlo y seguirlo más” (Juan Pablo II, Audiencia a la FIES en el 25° aniversario de su fundación).
A propósito de la actualidad de los Ejercicios, así se expresó Pablo VI: “La práctica de los Ejercicios constituye no solo una pausa tonificante y corroboradora para el espíritu, en medio de las disipaciones de la caótica vida moderna, sino también una escuela aún hoy insustituible para introducir a las almas en una mayor intimidad con Dios, al amor de la virtud y a la ciencia de la vida, como don de Dios y como respuesta a su llamada”.
En 1967 los obispos del Triveneto (Italia) escribieron una carta sobre la “Validez de los Ejercicios Espirituales”, y recomendaron “perseverar en este apostolado, que se revela día a día más precioso”. Sin excluir el empeño de experimentar formas que se adapten a nuestros tiempos, se insiste “en la clásica estructura de los Ejercicios ignacianos, tan válida y providencial en su clima de reflexión y de profundo silencio» (Pietro Schiavone, S.I., «Il Progetto del Padre”, pp.12-13).
-Muchos jóvenes ya no saben siquiera qué son los Ejercicios espirituales ni por qué se practican. ¿Puede explicárnoslo brevemente?
Padre Renzi: Es verdad que muchos jóvenes ya no saben siquiera qué son los Ejercicios espirituales ni por qué se practican: hoy viven en un mundo que ama el ruido, no el silencio y el recogimiento, y muchos quieren ser libres de leyes y disciplina. A estos es difícil hablarles de “búsqueda de la voluntad de Dios en la disposición de la propia vida”.
Sin embargo son muchos (entre los 20 y los 30 años) que practican los Ejercicios espirituales asistiendo asiduamente a cursos, a veces los fines de semana, en casas de espiritualidad, cuyos representantes les ofrecen la posibilidad de rezar y de reflexionar individual y comunitariamente, de forma que disciernan las elecciones de la vida y hagan un camino espiritual propio en la Iglesia. Los cursos están abiertos a todos los jóvenes que desean madurar su propia vida según el proyecto d Dios.
Debe recordarse también que, según san Ignacio, los Ejercicios espirituales no son un tiempo de estudio o de simple recogimiento y oración. Son búsqueda: “Como pasear, caminar, correr son ejercicios físicos, así se llaman ejercicios espirituales toda forma de preparar y disponer el alma a quitar todos los afectos desordenados y, tras haberlos quitado, a buscar la voluntad de Dios en la disposición de la propia vida, para la salvación de la propia alma” (Es. Sp. Ann.1).
-¿Puede contarnos la historia de los Ejercicios espirituales? ¿Cuando nacieron? ¿Qué dice la Biblia al respecto? ¿Cuáles son los santos que han practicado el carisma de los ejercicios espirituales?
Padre Renzi: Los ejercicios espirituales ya eran practicados por los Padres del desierto, pero los que llamamos clásicos se remontan a san Ignacio de Loyola, que empieza a escribirlos en libro en 1522 y lo perfecciona en 1548. El libro comienza a los Ejercicios planteando antes preguntas fundamentales: ¿para qué nos ha creado Dios? El fin de los Ejercicios, en el pensamiento de san Ignacio, es el de ordenar la propia vida según el proyecto de Dios, pues el hombre fue creado para servir a Dios, y solo a través de esto puede llegar a la salvación.
Él recomendaba hacer los Ejercicios en un lugar distinto del propio ambiente habitual. Existían de hecho las “casas de ejercicios”, donde el silencio y la quietud ayudaban a hacer estos Ejercicios espirituales.
San Ignacio tomó de la Biblia las ideas para la composición gradual del libro de los ejercicios espirituales, en los que transfunde sus sentimientos encontrando el secreto para discernir la voluntad de Dios. Por tanto la Biblia es un texto fundamental para todo tipo de Ejercicios espirituales. Sería largo buscar todos los pasajes de la Biblia que se refieren a ellos. Encuentro concretamente uno en el salmo 118, 47-64. El salmista dice al Señor de haber escrutado sus caminos y de dirigir sus pasos hacia los mandamientos; se dice dispuesto a custodiar los decretos del Señor. Finalmente pide al Señor que le enseñe su voluntad, ya que del amor del Señor está llena la tierra. Análogo es el itinerario del ejercitante, que revisa su propia vida para orientarse en el sentido de la voluntad de Dios.
Otras referencias podrían ser la Virgen María, que medita en su corazón todo lo que sucede a su alrededor. María, de hecho, escuchaba y meditaba las Escrituras, ligándolas a las palabras de Je´sus y a los acontecimientos que iba descubriendo en su historia en relación con su Hijo; otra es la invitación de Jesús a los discípulos a retirarse en soledad para un descanso que es espiritualmente saludable. Finalmente, la referencia a las Escrituras en el coloquio con los discípulos de Emaús, para que comprendan lo que sucedió en su muerte y en su resurrección. Los ejercicios de san Ignacio recorren toda la vida de Jesús como está contada en los Evangelios.
Además de san Ignacio, muchos santos han practicado los Ejercicios espirituales como renovación de la vida cristiana. Cito sólo algunos: santo Domingo, san Francisco de Asís, san Pablo de la Cruz, san Alfonso María de Ligorio… Todos fueron incansables en la predicación y en el confesionario como ministros de la misericordia de Dios, ayudando a los hombres a encontrarse a sí mismos, a luchar contra el pecado y a progresar en el camino de la vida espiritual.
Por Antonio Gaspari, traducción del italiano por Inma Álvarez