CIUDAD DEL VATICANO, domingo 28 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI instó a las autoridades civiles de Irak y a la comunidad internacional a dedicar esfuerzos para lograr la paz en Irak.
Lo hizo después del rezo del Ángelus, este domingo desde la ventana de su estudio del Palacio Apostólico Vaticano ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
“En la delicada fase política que está atravesando Irak, insto a las Autoridades civiles a que dediquen todos los esfuerzos para devolver la seguridad a la población y, en particular, a las minorías religiosas más vulnerables”, afirmó.
Y continuó: “Espero que no se ceda a la tentación de hacer prevalecer los intereses y particulares sobre la seguridad y sobre derechos fundamentales de todo ciudadano”.
También exhortó “a la comunidad internacional a prodigarse para dar a los Iraquíes un futuro de reconciliación y de justicia, mientras invoco con confianza de Dios omnipotente el don precioso de la paz”.
“He tenido conocimiento con profunda tristeza de las trágicas noticias de los recientes asesinatos de algunos cristianos en la ciudad de Mosul y he seguido con gran preocupación los demás episodios de violencia, perpetrados en la martirizada tierra iraquí contra personas indefensas de diversa pertenencia religiosa”, afirmó.
En referencia a los Ejercicios Espirituales de esta semana, Benedicto XVI explicó: “En estos días de intenso recogimiento he rezado a menudo por todas las víctimas de esos atentados”.
“Hoy deseo unirme espiritualmente a la oración por la paz y por el restablecimiento de la seguridad, promovida por el Consejo de los Obispos de Nínive”, dijo en referencia a la indicación que han realizado en este sentido los obispos de la región de Nínive, al Norte Irak.
Benedicto XVI aseguró que está “afectuosamente cerca de las comunidades cristianas de todo el país”.
También saludó a los iraquíes que se encontraban este domingo en la Plaza de San Pedro y exhortó a las comunidades cristianas de todo Irak: “¡No os canséis de ser fermento de bien para la patria a la que, desde hace siglos, pertenecéis con pleno derecho!”.
Esta semana, después del asesinato de cinco cristianos en los últimos días, el arzobispo de Mosul, monseñor Emil Shimoun Nona, advirtió que la nueva ola de violencia e intimidación por parte de los extremistas musulmanes amenaza con borrar la presencia cristiana en esta ciudad de Irak.