Mensaje de Pascua de los obispos cristianos de Tierra Santa

JERUSALÉN, jueves 1 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Por su interés, ofrecemos íntegro el mensaje que los patriarcas, obispos y responsables de las comunidades cristianas de Jerusalén han hecho público con motivo de la Pascua.

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¡Aleluya! Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado. ¡Aleluya!

Nosotros, los Cabezas de las Iglesias en la Tierra del Santo, compartimos con ustedes la Buena Nueva de la vida de nuestra Iglesia local cristiana, como un solo cuerpo en Cristo que vive la fe en la resurrección todos los días. Nuestro mensaje para vosotros, estéis cerca o lejos, es de esperanza, ánimo y perseverancia. Sabemos las luchas a las que se enfrentan muchos cristianos, tanto aquí en esta tierra como en otras partes del mundo.

Conocemos el poder de la desesperación. Conocemos el poder del mal. Conocemos el poder de los “principados y potestades” de este mundo, que promueven agendas de división y de opresión que causan graves perjuicios al pueblo de Dios y a toda la Creación de Dios. Nosotros, con vosotros, conocemos el poder del pecado y de la muerte.

También conocemos el poder de la Resurrección. Conocemos el poder de Dios para sacar esperanza de la desesperación. Conocemos el poder de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador, para utilizar el perdón y el amor para vencer el mal. Conocemos el poder de Dios en Cristo para hacer frente a esos mismos “principados y potestades”, para promover la fe, el respeto mutuo, la compasión y el coraje para decir la verdad en benficio de todo el pueblo de Dios. Conocemos el poder del perdón de los pecados para redimir las relaciones en las familias y entre la familia de las naciones. Conocemos el poder del don de la vida eterna para todos los que creen.

Los cristianos, en todas las generaciones, afrontan muchos desafíos. Nuestra generación actual no es diferente a las que nos han precedido. Nosotros, con vosotros, tenemos grandes responsabilidades y muchos obstáculos. La Iglesia cristiana se enfrenta a luchas aquí en esta tierra y sin embargo seguimos estando llenos de esperanza de que somos al mismo tiempo la Iglesia del Calvario y la Iglesia de la Resurrección. Nuestra fe no está en el poder de la muerte, sino en el poder de la vida sacrificial de Cristo.

Os animamos a orar por nosotros y por todos vuestros hermanos y hermanas cristianos, las “piedras vivas” de todas las tradiciones cristianas, aquí en la Tierra del Santo. Os pedimos que oreis por nosotros en nuestra lucha por la justicia, la paz y la reconciliación, de modo que cuando Jesús regrese, no vuelva a llorar por Jerusalén, sino que participe en nuestra alegría por la unidad, el respeto y el amor por toda la gente de Tierra Santa. Tened la seguridad, al mismo tiempo, de nuestras oraciones por vosotros.

Que el Dios único y viviente: Padre, Hijo y Espíritu Santo, os preserve y guarde, ahora y siempre. Amén.

¡Aleluya! Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado. ¡Aleluya!

+ Patriarca Teófilo III, Patriarca Ortodoxo Griego

+ Patriarca Fouad Twal, Patriarca Latino

+ Patriarca Torkom I Manoogian, Patriarca Apostólico Ortodoxo Armenio

Fr. Pierbattista Pizzaballa, OFM, Custodio de Tierra Santa

+ Arzobispo Anba Abraham, Patriarca Copto Ortodoxo

+ Arzobispo Swerios Malki Murad, Patriarca Siro-Ortodoxo

+ Arzobispo obispo Jules Zerey, Patriarca Greco-Melquita Católico

+ Arzobispo Abouna Matthias, Patriarca Ortodoxo Etíope

+ Arzobispo Paul Sayyah, Exarca Patriarcal Maronita

+ Obispo Suheil Dawani, Obispo Anglicano en Jerusalén

+ Obispo Munib Younan, Obispo de la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y en Tierra Santa

+ Obispo Pierre Malki, Exarca Patriarcal Siro-Católico

+ Fr. Rafael Minassian, Exarca Patriarcal Católico Armenio

[Traducción del original en inglés por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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