LA VALETA, domingo 18 de abril de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI, en su último discurso antes de concluir su viaje apostólico a Malta, pidió a sus habitantes que no dejen de socorrer a los inmigrantes que llegan a sus costas, a pesar de las dificultades, con la ayuda de la comunidad internacional.
Durante su despedida de la isla, poco antes de embarcar de vuelta a Roma, el Pontífice trató sobre esta delicada cuestión para Malta, afirmando que conoce las “dificultades” del país ante la constante llegada de inmigrantes.
“Por su posición geográfica en el corazón del Mediterráneo, muchos inmigrantes llegan a las costas de Malta; unos que huyen de situaciones de violencia y persecución, otros en busca de mejores condiciones de vida”, reconoció el Papa.
Aclaró que es consciente “de las dificultades que puede causar el acoger a un gran número de personas, dificultades que no puede resolver por sí sólo un país de primer destino”.
Sin embargo, apeló a las “raíces cristianas y la larga y reconocida historia de acogida de los extranjeros de Malta”, y pidió que el país, con ayuda del exterior, pueda “socorrer a los que llegan y asegurar que sus derechos sean respetados”.
Asimismo, el Papa instó a los malteses a sentirse “ orgullosos de vuestra vocación cristiana y mantened con esmero vuestra herencia religiosa y cultural”.
“Mirad al futuro con esperanza, con profundo respeto por la creación de Dios, con reverencia por la vida humana y gran estima por el matrimonio y la integridad de la familia”, les exhortó.
Al mismo tiempo, apeló a “la unidad, la solidaridad y el respeto recíproco que están en la base de vuestra vida social y política”.
“Estos valores, inspirados en vuestra fe católica, son la brújula que os guiará en la búsqueda de un auténtico desarrollo integral”, para el que “el tesoro de la enseñanza social de la Iglesia inspirará y guiará estos esfuerzos”.
“Nunca dejéis que vuestra verdadera identidad se vea comprometida por el indiferentismo o el relativismo”, concluyó el Papa.
[Por Inma Álvarez]