GUATEMALA, domingo, 16 de mayo de 2010 (ZENIT.org–El Observador).- La Iglesia en Guatemala se ha pronunciado contra de la llamada «Ley Arizona», mediante la cual, en ese estado de la Unión Americana, se pretende criminalizar a la migración e «institucionalizar el racismo».
Una declaración de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) critica esa norma, que debería entrar en vigencia en agosto próximo.
Según el organismo episcopal, esta ley puede promover el odio, la xenofobia y la discriminación de la migración, y considera que solo con su anuncio la ley ya causa perjuicios a los inmigrantes sin papeles legales.
El comunicado de la Comisión pide que en Estados Unidos, a partir de esta Ley, se avance en sentido contrario, es decir, hacia la necesidad de promulgar una reforma migratoria integral que respete la condición humana.
«Consideramos que con la aprobación de dicha ley existe la pretensión de institucionalizar el racismo, la xenofobia y la discriminación en contra de los migrantes», dijo la Pastoral en su comunicado.
«La irracional ley antimigrante afectará directamente a más de 460 mil inmigrantes, entre ellos familias enteras y estudiantes» cuando cobre vigencia en agosto, estimó. Además, dijo que más de un centenar de hijos de inmigrantes fueron expulsados de escuelas de Arizona.
«La violatoria Ley de Arizona debe llamar fuertemente la atención y el compromiso de los legisladores demócratas y republicanos, para el pronto inicio de un debate amplio y coherente a la realidad migratoria», afirmó. Esta ley es «la más vergonzosa en la historia de las migraciones», agregó.
Protesta eclesial desde México
Por su parte, monseñor Rafael Romo Muñoz, arzobispo de Tijuana y responsable de la Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), hizo un llamado a toda la sociedad a defender los derechos de las personas que emigran a otros países, en particular a los Estados Unidos.
Aseguró que ha disminuido la violencia contra los migrantes, pero que todavía falta mucho por hacer; ya que de junio del 2008 a abril del 2009, se registraron nueve mil secuestros contra migrantes en el país, «pero gracias a Dios eso ha bajado y estamos viviendo relativamente momentos mejores», expresó el prelado mexicano.