TURÍN, sábado, 22 mayo 2010 (ZENIT.org).-Al concluir el 23 de mayo la exposición de la Sábana Santa que desde el10 de abril ha recibido unos dos millones de peregrinos, ZENIT responde a algunas de las preguntas más frecuentes que plantea este «icono» impreso con sangre, como dijo Benedicto XVI al venerar el sagrado lienzo el 2 de mayo en la catedral de Turín.
–¿Los evangelios mencionan la Sabana Santa?
–Sí, los cuatro evangelios tienen en cuenta el detalle de la sábana que envolvió a Jesús en su muerte:
«Entonces José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo depositó en un sepulcro nuevo que se había hecho cavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, y se fue» (Mateo 17, 59).
«Este – José de Arimatea – compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Después, hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro» (Marcos 15, 46).
«Y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía» (Lucas 23, 53).
«Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte» (Juan 20, 4 – 7).
–¿Qué características tiene este lienzo?
–Es una sábana de lino manchado de 4,41 metros de largo y 1,13 metros de ancho, tejida con un diseño en espiga de pez de alta calidad y poco común para la época. Presenta diversas cicatrices que ha dejado el tiempo como manchas, quemaduras y remiendos.
–¿Por qué presenta unos signos geométricos?
–Por un incendio en la capilla de Chambéry, en 1532. Una gota de plata cayó en una esquina, causando graves daños. Luego fue reparada. Unas religiosas clarisas la remendaron rápidamente. También presenta manchas de agua en la parte central, al parecer causadas por el agua con que se apagó el incendio.
–Esta sábana presenta la imagen impresa de un hombre. ¿Cuáles son sus características?
–Es un hombre con barba, que yace muerto. Se puede ver gracias a una impronta y a unas manchas de sangre por medio de las heridas sobre el rostro, la cabeza, las manos y el cuerpo. También se ve la parte dorsal del cuerpo cubierta de heridas muy peculiares que atraviesan la espalda, las piernas y descienden hasta la planta del pie. La imagen que presenta es doble: frontal y dorsal.
Y aunque presenta la imagen de este cadáver, no se registra ningún resto de descomposición. Por tanto, se comprueba que ha envuelto un cuerpo humano durante un período breve, aunque suficiente para que se imprimiese una huella.
–¿Presenta signos de la corona de espinas?
–No de una corona sino de un casco de espinas. Las fotos de la Sábana Santa han permitido realizar una «autopsia» teórica, que demuestra que los goteos de sangre esparcidos en la cabeza derivan claramente de heridas de punta clavados en varios puntos. También se ven diversos goteos de sangre venosa y arteriosa que corresponden a la compleja red de venas y arterias de la cabeza.
La parte occipital aparece fuertemente castigada, como si la corona de espinas hubiera sido continuamente frotada y apretada contra la cabeza. Si el hombre de la Sábana Santa fue Jesucristo, se puede ver que llevó la corona durante el camino del Calvario y también en la cruz, añadiendo mayor suplicio. Es importante aclarar que ninguna documentación histórica habla de que los hombres crucificados fueran coronados con espinas.
–¿Presenta señales de la flagelación?
–Sí. El flagelo usado contra el hombre de la Sábana Santa era lacerante y contundente, se incrustaba en la piel del reo; Mel Gibson se basó en los estudios de la Sábana Santa para la escena de la flagelación de cristo en la película «La Pasión». Los estudios demuestran que, al igual como lo muestra este filme, cada golpe desgarraba la piel, provocando la salida de sangre de forma explosiva. Los látigos presentan tres ramales terminados en dos trocitos o bolas metálicas. Este tipo de flagelo se ha encontrado en excavaciones arqueológicas, sobre todo en las catacumbas romanas.
El número de golpes recibidos, según los estudios de la Sábana Santa, fueron unos 120 sin contar los que no se han podido estudiar por la parte de la sábana que se perdió en el incendio de 1532. Cada golpe genera un impacto de 8 centímetros cuadrados y el volumen contusionado de 12 centímetros cúbicos.
–¿Por qué se considera que el hombre de la Sábana Santa estuvo crucificado?
–Porque hay señales de clavos en las muñecas, no en las manos, como dice la tradición que fue clavado Jesús, y de clavos en los tobillos, no en los pies. Antiguamente los crucificados eran atados a la cruz por medio de sogas y no con clavos.
También hay signos de una lanza que traspasó su costado, a la que se refiere el evangelio de Juan.
El hombre de la Sábana Santa cargó el madero horizontal de la cruz atado de los brazos, como también lo muestra la película «La Pasión». Con el roce de la cuerda con el cuerpo se abrieron nuevamente las heridas de la flagelación. En el hombre de la Sábana Santa estas heridas pueden verse en el omoplato, el antebrazo y el hombro derecho.
–¿Porqué son tan famosos los negativos de esta imagen?
–El fotógrafo Secondo Pia fue el primero en fotografiarla en 1898. Al revelar el negativo se dio cuenta de que la imagen que mostraba era el rostro y el cuerpo del hombre de la Sábana Santa en positivo, lo que indica que el rostro de dicho hombre fue grabado en aquella sábana en imagen negativa. Posteriormente se tomaron más fotos y la impronta de la imagen salió con mejor calidad y el negativo ofrecía un claroscuro natural y una nitidez impresionante. Podría decirse que la impronta de la Sábana Santa es como un negativo que se convierte en positivo.
¿Es cierto que la Sábana Santa tiene características tridimensionales?
–Sí. En 1976 los físicos John Jackson y Eric Jumper, con Kenneth Stevenson, Giles Charter y Peter Schumacher, estudiaron la fotografía de la Sábana con un programa especial llamado «Interpretation Systems VP-8 Image Analyzer» en los laboratorios de Sandia Scientific Laboratories, en Alburquerque, Nuevo Mexico. El resultado mostraba que la fotografía tenía una dimensión «codificada», con profundidad, a diferencia de cualquier otro dibujo o pintura que pudiera ser sometido al analizador de imagen.
Por ello, midiendo la intensidad de este colorido, se puede perfectamente calcular y reproducir, como en una estatua, el relieve del cuerpo envuelto por esta tela.
Este resultado del VP8 no se ha obtenido nunca con ninguna otra imagen artística.
–¿Cómo llegó la sábana a Turín?
–Según fuentes más tardías, una sábana con el retrato de Jesús es llevada de Jerusalén a Edesa (la actual Urfa al este de Turquía), donde se utilizó según una tradición para presentarla a Abgaro V, rey de Edesa (reinó del 13-50), convirtiéndose al cristianismo. Pero después de que su hijo volviera al paganismo se perdió la pista de este lienzo.
En el año 525 Edesa sufre una inundación. Durante su reconstrucción se halla un sudario con la imagen de Jesús. Inmediatamente es reconocido como el sudario que cinco siglos antes había sido traído desde Jerusalén al rey Abgaro V. La imagen de Jesús es descrita como «no hecha por manos hum
anas».
En el año 943, el sudario fue llevado a Constantinopla, donde fue recibido festivamente por los fieles . Durante el saqueo de Constantinopla, en 1294, según el testimonio de Robert de Clary, la sábana desaparece: «Ni griego ni francés supo qué fue del sudario cuando se tomó la ciudad», dice.
La documentación histórica volvió a hablar de la Sábana Santa en 1355 bajo la propiedad del caballero Godofredo I de Charny. Al morir, la Sábana Santa la heredó su hermana Margarita, quien no tuvo descendencia. En 1418 es llevada a Lirey, una pequeña población al norte de Francia, para protegerla de las guerras con Inglaterra. Margarita en 1453 entrega la Sábana Santa a los Duques de Saboya. En 1502 es inaugurada la Sainte Chapelle, en Chambéry para custodiar la Sábana Santa. En 1532 hubo un incendio en esta capilla, al que antes se ha hecho referencia. En 1535 la Sábana Santa viajó por Turín, Milán, Vercelli y Niza debido a la invasión de las tropas francesas en Chambery. En 1578 llegó a Turín para quedarse. Sólo en 1706 fue trasladada por un tiempo a Génova. También entre 1939 y 1953 fue trasladada a la Abadía Benedictina de Montevergine para protegerla de los posibles ataques durante la II Guerra mundial. Luego regresó a la catedral San Juan Bautista de Turín, donde es custodiada actualmente.
–¿De quién es la Sábana Santa?
–Desde 1983 es propiedad de la Iglesia católica, pues tras la muerte del rey Humberto II de Saboya fue entregada al papa Juan Pablo II.
–¿Cada cuánto se realizan las exposiciones de la Sábana Santa?
–No existe una periodicidad. Se expone en fechas especiales por voluntad del Papa. Desde que llegó a Turín ha sido expuesta en 1737 con motivo de la boda del duque Carlos Manuel III de Saboya. Luego se expuso de nuevo en 1868, y en 1898 para celebrar los cincuenta años de la familia Saboya como reyes de Italia. En 1931 se expuso de nuevo por la boda del príncipe Humberto de Saboya (luego el rey Humberto II), en 1933 con motivo del Año Santo. Luego en 1978 y en 1998 (para conmemorar el primer centenario de las fotografías de la Sábana Santa). Se expuso de nuevo en el año 2000 con motivo del gran Jubileo y en ahora el 2010 por voluntad del papa Benedicto XVI.
–Un estudio en 1988 dijo que se trataba de un falso medieval…
–Es cierto. En 1988 fue extraído un retazo de la Sábana Santa para determinar científicamente su origen. Tres laboratorios de Carbono 14 de Gran Bretaña, Suiza y Estados Unidos, calcularon que no podía tener más de ocho siglos. Inmediatamente los medios dijeron que se trataba de un falso medieval. El entonces arzobispo de Turín, el cardenal Anastasio Alberto Ballestrero, reconoció ante los medios que la pieza no era auténtica.
Sin embargo muchos científicos y arqueólogos empezaron a sospechar sobre cómo alguien, sin que existiera la fotografía, pudo falsear en el Medioevo una imagen con tantos detalles y que se ve tan claramente sólo en los negativos de las fotos, con tal exactitud anatómica patológica y cultural. Por ello las investigaciones continúan.
El retazo de la Sábana Santa que se utilizó para este estudio es muy pequeño. Fue recortado de la esquina superior que había sido remendada y que fue tocada por miles de personas cuando las exposiciones se realizaban sin ningún tipo de protección entre los siglos XIV y XIX. Por ello algunos piensan que los resultados de dichos estudios se dan porque estaba muy contaminada.
–Otros dicen que se trata de una obra de arte
–Imposible. En 1978 se realizó un examen riguroso del cuerpo, los brazos y el tórax donde se comprueba que no se usó ningún tipo de pigmento para pintar la Sábana Santa. Al contrario, las fibras simplemente parecen decoloradas, como ocurre con un periódico cuando se expone a la luz del sol. Las aparentes manchas de sangre no presentan ningún pigmento diferente. Durante el análisis se llegó a la conclusión de que se trata de sangre real.
–¿Qué demuestra que esta sábana haya estado en Jerusalén?
–En los estudios realizados se han hallado partículas de polvo que incluyen granos de polen de dos mil años de antigüedad de una planta que se daba en Jerusalén. Restos de polen de este tipo se dan también en algunos fósiles que se han encontrado en el Mar Muerto.
Gracias a otros tipos de granos de polen se ha demostrado el recorrido que ha hecho la Sábana Santa hasta llegar a Turín.
–Si siempre ha sido tan importante la Sábana Santa, ¿existen algunos documentos históricos que se refieran a ella?
–Sí, muchos. Centrémonos en uno: Hay un manuscrito que se llama el Codex Pray Está datado entre 1192-1195. Tiene cinco ilustraciones, que representan la crucifixión, el descenso de la cruz, la unción del cuerpo de Cristo en la sepultura y Cristo resucitado.
Las ilustraciones muestran un lienzo a escala real y con proporciones idénticas a la Sábana Santa. El cuerpo de Jesús aparece completamente desnudo, como en la Sábana Santa, algo insólito en un dibujo del siglo XII y en la misma posición en que aparece en la Sábana Santa.
Algo muy curioso es que el tejido del manto que envolvió a Jesús lo presenta es en forma de espiga de pez, muy poco frecuente en esa época y el mismo tejido de la Sábana Santa. A pesar de que el dibujo es rudimentario, no deja escapar este detalle. El dibujo presenta también los mismos agujeros que se han formado en esta sábana antes del incendio de 1532
Por Carmen Elena Villa