CIUDAD DEL VATICANO, jueves 27 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Se encuentra en Roma el arzobispo de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), y el presidente de la Conferencia Episcopal de este país, cardenal Julio Terrazas Sandoval, quien el pasado lunes se reunió con el Papa Benedicto XVI para exponerle algunos puntos de la situación de la Iglesia en esta nación.
La cita se realizó exactamente una semana después de la visita al Papa del presidente boliviano Evo Morales, quien posteriormente, en declaraciones a la prensa, dijo que había hablado con el Papa sobre temas como los derechos de la madre tierra y el compromiso que la Iglesia debe tener con los inmigrantes. Según Morales, también pidió al Pontífice “democratizar la Iglesia”, permitiendo a las mujeres el derecho a ejercer el sacerdocio y aboliendo el celibato sacerdotal.
Morales y Benedicto XVI analizaron igualmente algunos aspectos de la situación de Bolivia, como la colaboración entre la Iglesia y el Estado, la educación, la sanidad y las políticas sociales en defensa de los derechos de los más débiles. Sobre este y otros temas, ZENIT entrevisto al cardenal Terrazas.
–¿Nos puede contar sobre su reunión el pasado lunes con el Papa Benedicto XVI?
Cardenal Julio Terrazas Sandoval: El encuentro con el Papa es siempre algo gratificante. Sobre todo para los que venimos de lejos. Esta ha sido una experiencia primero eclesial, de fe, de adhesión a todo lo que él nos enseña y también de escucha, de ver sus preocupaciones y deseos para que nuestra América Latina puedan renovarse con la misión continental, que es uno de los puntos que el Santo Padre maneja con mucha preocupación y esperanza.
-¿Cómo se esta desarrollando el tema de la misión continental en las diócesis de su país?
Cardenal Julio Terrazas Sandoval: Estamos haciendo todo lo posible para que esto realmente avance. Bolivia es un territorio enorme – 1.098.581 km² – con poca población (unos 8.300.000 habitantes). Se nota el esfuerzo que están haciendo las iglesias para llegar a todos los rincones y todos los lugares del país y luego de pasar de este tiempo de concentración y de hacer conocer lo que es la misión permanente. El domingo pasado, con la solemnidad de Pentecostés, ha comenzado una etapa de profundización sobre los temas de esta misión.
-¿Cuál es su opinión sobre las declaraciones del presidente Evo Morales luego de la audiencia privada que tuvo con el Papa Benedicto XVI?
-Cardenal Julio Terrazas Sandoval: Creo que estos encuentros deberían siempre hacerse para buscar el bien de los pueblos. Yo no diría más porque son temas que ha tratado con el Santo Padre pero creo que debemos recalcar que nuestra Iglesia tiene una gran capacidad de escucha, aún de aquellas cosas que a lo mejor no son de gran urgencia. Esto quiere decir que hay una libertad de expresión muy grande en la Iglesia y eso es lo que quizás ha aprovechado nuestro presidente.
-¿Cuáles son los principales desafíos para la Iglesia en Bolivia?
Cardenal Julio Terrazas Sandoval: Nuestra Iglesia, como todas las iglesias de América Latina, a excepción por supuesto de algunos pequeños grupos, siempre se ha manifestado con una fuerte comunión eclesial con el Santo Padre, y una adhesión a su magisterio. Yo creo que en esa perspectiva caminan los episcopados y caminan también todas las organizaciones del Pueblo de Dios.
Creo que el desafío principal es mantener esta unidad, hacerla patente en los momentos difíciles. Que sea también expresable como lo han hecho todas las conferencias con motivo de todos los problemas que se han suscitado con nuestros sacerdotes. Yo creo que el desafío principal será siempre mantener la comunión eclesial con todos: con nuestros sacerdotes, con nuestros laicos, con los religiosos. Una unidad que vaya siendo cada día mas expresión de lo que el Señor decía: “Que vivamos siendo uno como son uno el Padre y el Hijo”.
-¿Cuáles son las principales riquezas de la fe del pueblo boliviano?
Cardenal Julio Terrazas Sandoval: Su gran piedad popular creo que es una de las riquezas más grandes e intangibles y también intocables en este momento, porque a pesar de todas las amenazas, de que pueda haber otras formas de expresiones religiosas, que puedan ingresar, como han ingresado, desde afuera, que se vayan renovando o reactualizando los frutos de antaño, siempre el Pueblo de Dios se mantiene con un gran amor al Señor, un gran amor a la Virgen y sobre todo al Señor crucificado que es quizás uno de los puntos más extraordinarios de estas expresiones religiosas.
Por Carmen Elena Villa