CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 30 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- La Cruz nos recuerda que la Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, mora en nosotros, explicó Benedicto XVI este domingo al invitar a los cristianos a redescubrir la profundidad de este gesto que a veces se convierte en rutinario.
Al dirigirse a los 50 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro para rezar a mediodía el Ángelus, en la solemnidad de la Santísima Trinidad, explicó al hablar en francés que esta fiesta «nos recuerda que Dios es Amor y nos llama a una vida de comunión con Él y entre nosotros».
La Trinidad divina «establece su morada en nosotros el día del Bautismo», recordó el Papa citando las palabras del rito bautismal: «Yo te bautizo –dice el ministro– en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo».
«Recordamos el nombre de Dios, en el cual hemos sido bautizados, cada vez que hacemos la señal de la Cruz», señaló. «En la señal de la cruz y en el nombre del Dios vivo queda contenido, por tanto, el anuncio que genera la fe e inspira la oración».
El Papa concluyó implorando la protección de la Virgen María, «primera criatura plenamente habitada por la Santísima Trinidad», «para continuar bien nuestra peregrinación terrena».