NUEVA YORK, domingo, 30 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- José Arturo Castellanos (1893 – 1977), católico y antiguo cónsul de El Salvador en Ginebra durante la segunda guerra mundial, ha sido declarado «justo entre las naciones», por Yad Vashem, la Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto, gracias a la propuesta de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.
Según algunas fuentes, gracias a su obra, cuando era cónsul general de El Salvador en Ginebra, Suiza, entre 1942 y 1945, pudieron salvar la vida 40.000 Judíos de Europa Central, en plena persecución nazi, al darles papeles falsos que les acreditaban como ciudadanos salvadoreños.
El general nombró a George Mandel-Mantello, refugiado judío rumano que residía en Ginebra, como primer secretario de su consulado y le autorizó a emitir miles de «certificados de ciudadanía» para refugiados judíos en la Europa ocupada.
Dichos certificados establecían que el portador era un ciudadano reconocido por El Salvador. Quien llevaba ese documento quedaba protegido de la deportación.
En 1944, Castellanos solicitó que Suiza representara los intereses de El Salvador en la Hungría ocupada. Mantello emitió miles de certificados de ciudadanía de El Salvador a judíos húngaros a través de la oficina del cónsul suizo Charles Lutz.
De este modo la República del Salvador se convierte en el cuarto país de América en sumarse a la nómina de naciones cuyos ciudadanos auxiliaron a judíos perseguidos por el nazismo durante el Holocausto.
Baruj Tenembaum, creador de la Fundación Wallenberg, en declaraciones concedidas a ZENIT desde Nueva York, reconoce que «no es posible imaginar el Holocausto sin la figura luminosa del coronel Castellanos. Su gesta gloriosa está a la altura de otras misiones
humanitarias de perfiles épicos como la de Raoul Wallenberg o la de Aristides de Sousa Mendes. Celebramos este feliz momento trabajando para lograr que otros actos de justicia y reconocimiento tengan lugar en un futuro cercano.»
Más información en www.raoulwallenberg.net