VIENA, martes 21 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Las Iglesias católica y ortodoxa están debatiendo esta semana en Viena sobre la función que tenía el obispo de Roma en la comunión de la Iglesia durante el primer milenio.
Lo hacen en la duodécima sesión plenaria de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, informa L’Osservatore Romano en su edición de este miércoles.
La Comisión está buscando una lectura común de los hechos históricos y de los testimonios relativos al primado petrino en el primer milenio con el fin de lograr una deseable y posible interpretación compartida.
La convergencia en la interpretación histórica del primado petrino en el primer milenio podría ayudar a hacer avanzar el diálogo entre los católicos y los ortodoxos sobre el tema central que los separa: el ejercicio del primado del Papa.
Pero se trata de una cuestión compleja y profunda “que exigirá un estudio profundo y un diálogo paciente”, según el diario vaticano.
De hecho, la esperada sesión, que se está celebrando del 20 al 27 de septiembre, aborda por segunda vez este tema, que también centró el anterior encuentro de la Comisión mixta, celebrado en Chipre en 2009.
En términos más generales -no focalizados en un periodo histórico-, la cuestión del primado en la Iglesia universal se encuentra en el centro de la fase actual del diálogo entre católicos y ortodoxos, inaugurada en la sesión plenaria de Rávena del año 2007.
En aquel encuentro celebrado en la ciudad italiana, la Comisión aprobó un documento titulado Las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: comunión eclesial, conciliación y autoridad.
Ese texto trata la relación entre conciliación y autoridad en la Iglesia en tres niveles: local, regional y universal.
Afirma que, en cada uno de estos niveles hay un pròtos, un primus (obispo, metropolitano – patriarca, obispo de Roma).
Entrando más directamente en la problemática del pròtos en el ámbito universal -el actual Papa de Roma-, el documento dice que católicos y ortodoxos coinciden en que “Roma, en cuanto Iglesia que preside en la caridad, ocupaba el primer lugar en la taxis y que el obispo de Roma era por tanto el pròtos entre los patriarcas” (Documento de Ravena, n. 41).
Ese mismo documento indica la etapa siguiente del diálogo: la cuestión del obispo de Roma en la comunión de todas las Iglesias.
Para desarrollarla, la Comisión mixta elaboró un proyecto de trabajo. Primero se decidió que inicialmente la atención se concentraría en el primer milenio, cuando los cristianos de Oriente y de Occidente estaban unidos.
Por eso, a principios del año 2008, dos subcomisiones mixtas -una de lengua inglesa y otra de lengua francesa- trabajaron para recoger los elementos históricos más característicos del periodo tomado en consideración.
En otoño de ese año, el comité mixto de coordinación se reunió para preparar el esbozo de documento para la plenaria de la Comisión mixta, que fue examinado en Chipre en el año 2009.
En la sesión plenaria que se está celebrando ahora en la capital de Austria, la Comisión ha retomado el examen de ese esbozo de documento sobre la función específica del obispo de la “primera sede” durante el primer milenio.
La Comisión está compuesta por dos representantes de cada una de las Iglesias ortodoxas autocéfalas y por un número correspondiente de miembros católicos.
El presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, monseñor Kurt Koch, y el metropolitano de Pérgamo, Ioannis (Zizioulas), del patriarcado ecuménico, dirigen la reunión.
En una reciente entrevista a L’Osservatore Romano, Monseñor Koch destacó su esperanza en que la reunión en Viena registre nuevos progresos en el diálogo teológico entre los católicos y los ortodoxos.