LIMA, domingo, 26 septiembre 2010 (ZENIT.org).- Ante la proximidad de las elecciones del 3 de octubre, en las que los peruanos elegirán a las autoridades que dirigirán los Gobiernos Regionales y los Municipios Provinciales y Distritales, los obispos de Perú hicieron pública una reflexión para iluminar el voto responsable. En ella rechazan la práctica de la «interceptación telefónica» y piden a los candidatos «rectitud ética».
En la reflexión, hecha pública en Lima el 22 de septiembre, los pastores se muestran «conscientes de que, a través del voto ciudadano cada uno se compromete con el futuro» del país y que «la democracia es responsabilidad de todos», expresan su propósito de «colaborar con los elementos éticos básicos que nos permitan emitir un voto responsable, meditado, y libre».
Recuerdan los dos criterios básicos para actuar en la vida social que expone el Papa Benedicto XVI en su encíclica socialCaritas in Veritate: la justicia y el bien común por lo que, afirman, la «política debe buscar siempre formas eficientes de convivencia; pero nunca tiene como criterio los intereses particulares de personas o grupos interesados. Desear el bien común y esforzarse por él es exigencia de justicia y caridad».
Recuerdan, según la doctrina social de la Iglesia, que «para discernir lo que es más justo y adecuado para conseguir el bien común, debe tenerse en cuenta la primacía de la dignidad de la persona humana; se deben garantizar y promover los derechos fundamentales de la familia, se debe incluir y promover a los más débiles de la sociedad en los proyectos de desarrollo y considerar que el ejercicio de la autoridad es un servicio y no un dominio».
Y añaden que la democracia no se limita al voto sino que debe ser «participación activa y responsable de todos los ciudadanos a través de la colaboración y vigilancia atenta de la gestión de las autoridades elegidas».
Por ello, consideran importante «conocer a los candidatos, así como evaluar su compromiso con los valores democráticos».
Invitan a «analizar sus programas, la viabilidad de lo que ofrecen, si son realistas y adecuados para solucionar los problemas de cada ciudad o Región; si son propuestas integrales (no sólo socioeconómicas y políticas, sino también morales, culturales, de seguridad ciudadana, etc.) y conformes al bien común».
Sugieren tener en cuenta además «la visión ética y moral de los candidatos ante los valores fundamentales como la defensa de la vida humana, de la familia, del matrimonio, de la dignidad de la mujer, y de los derechos humanos», algo necesario, indican, se necesita en las autoridades «rectitud ética en el desarrollo de sus responsabilidades para realizar y apoyar los cambios que nuestra sociedad necesita».
Piden a candidatos y electores que no participen en el proceso electoral «buscando votos exclusivos a favor de grupos políticos, étnicos, religiosos y de cualquier tipo que excluyan y marginen el ejercicio de los verdaderos valores que, en forma objetiva, deben primar en la elección de autoridades que deben conducir el ejercicio del bien común en la sociedad».
Exhortan a los medios de comunicación «a que ejerzan la libertad de expresión buscando no sólo la verdad sino también la justicia y el bien común» e informen de manera objetiva, imparcial y «con apertura a todos los candidatos».
Invocan una campaña electoral «transparente y respetuosa», para hacer de este momento «una escuela de civismo y de renovado amor a nuestra patria y su progreso».
Lamentan y rechazan que siga practicándose en el país «la interceptación telefónica», en perjuicio «del derecho constitucional a la intimidad y la privacidad de las comunicaciones». En este sentido afirman que «los medios de comunicación deben ejercer su actividad respetando en todo momento los derechos fundamentales de las personas, particularmente los relacionados con el honor, la buena reputación y la intimidad».
Y concluyen exhortando al pueblo peruano «a desarrollar este proceso eleccionario en un clima de responsabilidad, unidad y búsqueda de la paz y la justicia».
Por Nieves San Martín