MANAGUA, lunes 13 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Dos obispos católicos de Nicaragua han sido víctimas de robo, aunque sólo les arrebatan el ordenador o documentos. El obispo auxiliar de Managua Silvio Báez, explicitó su sospecha de que las dos acciones contra prelados formen parte de un plan de intimidación y espionaje contra líderes eclesiales.
De nuevo resurgen los fantasmas de la guerrilla sandinista, cuando, en medio de aquella revolución fallida, las “turbas” intimidaban a sacerdotes y obispos. El otro obispo afectado por el presunto espionaje es el de Granada Jorge Solórzano.
Ahora, las amenazas son más sofisticadas y con objetivos muy concretos. El obispo Báez, además de comunicar su sospecha de que sea un plan de intimidación y espionaje contra líderes eclesiales, denunció que, en otra ocasión, fue objeto de intimidación por tres personas desconocidas que lo interceptaron en Managua, mientras viajaba con dos seminaristas.
Los desconocidos impidieron el paso al vehículo y le amenazaron con un arma. Las declaraciones de monseñor Báez fueron hechas inicialmente a un canal televisivo pero fueron ampliamente recogidas por la prensa nicaragüense a partir del día 11 de diciembre.
Así mismo un diputado independiente, Salvador Talavera, denunció que los robos de ordenadores portátiles y teléfonos móviles a personas vinculadas al ámbito político, religioso, o de la sociedad civil, no son “aislados”, porque se registran de manera regular.
Algunos de los afectados optan por no denunciar esos robos, ya que en sus ordenadores tienen información que quizás les “pueda perjudicar”, dijo Talavera. El político reveló que, en dos ocasiones, fue personalmente víctima de un robo, sin que hasta hoy las autoridades policiales hayan esclarecido nada.
Explicó que, la primera vez, le fue sustraído el CPU del ordenador de su oficina; y, en la segunda ocasión, fue su portátil, sin que a los ladrones interesaran otros objetos de valor.
Talavera no descartó que lo sucedido a los obispos forme parte de un plan político. Tras la denuncia del robo del ordenador al obispo de Granada Jorge Solórzano, se supo que al obispo auxiliar de Managua Silvio Báez, le fue sustraído de su vehículo un maletín con documentos y un sello de la Curia Episcopal.
Monseñor Báez declaró que el robo del ha hablado ahora tuvo lugar hace un mes, pero en ese momento él no consideró pertinente hacerlo público y sólo lo denunció a la Policía Nacional. Días antes de ese suceso, había sido amenazado con un arma por desconocidos que interceptaron su automóvil en una calle de Managua.
“Lo que me preocupa de esto es que ésta fue una táctica, una estrategia que se utilizó en años pasados, desgraciadamente se utilizó como intimidación y como espionaje contra la Iglesia; y ya el hecho de que seamos dos obispos los que hemos sufrido robo de maletín, creyendo en el caso mío que era una computadora, creo que es preocupante”, declaró el obispo auxiliar de Managua al Canal 12 de televisión.
Monseñor Báez exhortó a no volver “a esas estrategias tenebrosas del pasado contra la Iglesia”. Lo extraño, según el prelado amenazado, es que tenía otros objetos de valor en su vehículo, pero los descuideros sólo optaron por el maletín. Cree que pudieron pensar que allí estaba su ordenador portátil, en el que suele tener información relativa a su labor episcopal.
“No quisiera, y estoy seguro que el pueblo de Nicaragua tampoco lo quisiera, que volviéramos a esas estrategias tenebrosas y diabólicas en contra de los pastores de la Iglesia, que lo único que buscamos es anunciar el evangelio de la paz y de la justicia católica, el evangelio de Cristo en favor de nuestro pueblo”, dijo el prelado.
También expresó el obispo auxiliar de Managua preocupación por el extraño robo en la Casa Episcopal de Granada, a la que llegó un individuo –en una camioneta de lujo, y haciéndose pasar por sacerdote–, se coló hasta la estancia de monseñor Solórzano y se llevó el ordenador personal del obispo.
El obispo Báez explicó que mantuvo discreción sobre las intimidaciones sufridas hasta que supo que al obispo Solórzano le habían robado el ordenador.
Monseñor Báez subrayó que “es hora de volver a la tolerancia, es hora de volver a construir relaciones de paz en Nicaragua y no volver al pasado”. Afirmó que no cederá a las intimidaciones y alzará su voz, cuando sea necesario, para defender los derechos de los nicaragüenses, ya que su “arma es la palabra”.
Por otra parte, desmintió haber sido nombrado obispo de Matagalpa: “Puedo asegurar con toda certeza que son rumores, especulaciones, y en este momento no hay nada decidido por parte de la Santa Sede sobre el obispo de Matagalpa”. “Todo lo que se ha filtrado en estos últimos días son absolutamente especulaciones y rumores y en este momento yo soy y sigo siendo obispo auxiliar de Managua”, subrayó.
El vicario de la diócesis León Silvio Antonio Selva González calificó este domingo las anteriores noticias como indicios de intimidación.
“Es triste que se estén presentando este tipo de casos con los obispos, ninguna persona debe atentar contra nadie, no es saludable para ningún gobierno. El callar no es bueno, el querer amordazar o querer intimidar, tampoco, todos debemos vivir y convivir en libertad, porque la verdad es lo que nos caracteriza a los hombres de bien”, manifestó monseñor Selva, al salir de una celebración en la iglesia de San Felipe.
Según el vicario, la Iglesia siempre dice la verdad: “Somos enemigos de la violencia, trabajamos por la no violencia, por la paz, y la Iglesia siempre ha sido perseguida en todos los tiempos por decir la verdad, aunque molesta a cualquier régimen, a cualquier poder, pero la persecución es parte de la purificación de la Iglesia. Si nos persiguen, es porque somos importantes”, afirmó.
El vicario de León dijo que es necesario que los fieles oren por los enemigos de la Iglesia. “La Iglesia tiene más de dos mil años y ahí está firme, la Iglesia también siempre ha visto desfilar a sus perseguidores, han muerto los grandes líderes comunistas y no comunistas, y la Iglesia está firme porque es de Dios y es el Espíritu de Dios el que la mantiene”, dijo, tras calificar los robos a obispos como un atentado intimidante.
Añadió que no es una buena estrategia: “Eso más bien daña la imagen del Gobierno, de cualquier gobierno, pero vuelvo a insistir que tanto el Gobierno como la Iglesia deben estar abiertos al diálogo, ya que a través de éste es que se solucionan los problemas”. Calificó las relaciones entre la Iglesia y el actual Gobierno como normales, pero mínimas.
Agregó que los líderes eclesiales no van a tomar medidas de seguridad porque la Iglesia no esconde nada en las computadoras que se han robado: “En ellas no se escondía nada, la medida de seguridad que vamos a tomar es la oración. Nosotros somos personas de oración, y no creo que haya algún intento de ocasionar daños a la integridad física de los obispos”.
Por Nieves San Martín