El Patriarca de Jerusalén vuelve a llamar a israelíes y palestinos a la paz

Habla de “signos de esperanza” de cara al nuevo año

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JERUSALÉN, martes 21 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El Sínodo, el aumento de peregrinos en Tierra Santa y la reanudación de las conversaciones entre la Santa Sede y la OLP son algunos de los signos positivos que el patriarca de Jerusalén de los Latinos, monseñor Fouad Twal, resalta en su mensaje de Navidad de este año.

Este Mensaje contiene también un llamamiento a palestinos e israelíes a seguir sentándose a negociar, a pesar del fracaso de la última ronda de conversaciones.

Por segundo año consecutivo, el patriarca quiso hacer balance de los acontecimientos del año, y en este caso resaltó en primer lugar la importancia del Sínodo de los Obispos sobre Oriente Medio del pasado mes de octubre.

En esa ocasión “pudimos poner el dedo en nuestras llagas y en nuestros miedos, pero al mismo tiempo, también expresar nuestras expectativas y nuestras esperanzas”, afirmó.

Sobre todo, subrayó la invitación del Sínodo invitó a los cristianos de Oriente Medio “a vivir como buenos creyentes y como buenos ciudadanos”.

“La fe, lejos de alejarnos de la vida pública, debería hacernos estar más implicados en la edificación de nuestras respectivas sociedades, tanto en en los países árabes como en Israel”, afirmó.

Por otro lado, mostró su esperanza en que el diálogo ecuménico e interreligioso “pueda progresar no solamente dentro de los círculos intelectuales, entre expertos y teólogos, sino en todas las clases de la sociedad, convirtiéndose cada vez más en un diálogo de vida”.

Como segundo aspecto positivo, el prelado aludió al importante aumento de peregrinos a Tierra Santa, que “está conociendo cifras récord”.

“Hasta el mes de noviembre de 2010 tres millones de personas han visitado Tierra Santa. Este número podría aumentar hasta alcanzar los 3.400.000 visitantes, cifra nunca alcanzada hasta ahora, ni siquiera en el año jubilar del 2000, que había obtenido, por lo demás, resultados considerables”.

Un tercer signo de esperanza es la mayor facilidad a la hora de obtener visados para religiosos, seminaristas y voluntarios, una cuestión que era hasta ahora motivo de controversia con las autoridades israelíes.

Camino a la paz

El prelado se refirió también a las últimas novedades en cuanto a la relación con israelíes y palestinos, así como a los fracasos y motivos de preocupación en este campo.

En primer lugar, se refirió a la reciente reanudación, el pasado 7 de diciembre, de las negociaciones entre la Santa Sede y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), para el reconocimiento legal de la Iglesia en territorio palestino.

“Rezamos por el éxito de estos coloquios y de la misma forma por los que ya están en marcha con Israel”.

Por otro lado, el prelado afirmó que los cristianos sufren por el fracaso de las conversaciones de paz del pasado mes de septiembre.

“Este fracaso no puede dejarnos en la desesperación”, afirma el patriarca de Jerusalén. “Seguimos creyendo que en ambas partes en conflicto, así como en la comunidad internacional, hay personas de buena voluntad, que se prodigarán para unir sus energías y su compromiso por la paz”.

El prelado, por otro lado, pidió más implicación de Europa en las conversaciones entre palestinos e israelíes.

En este sentido, auguró una pronta reconciliación entre ambos pueblos. “Es tiempo de comprometerse juntos por una paz sincera, justa y definitiva”, afirmó.

Como signo de esta paz posible, monseñor Twal recordó la reciente tragedia de Haifa, “el incendio que ha devastado bosques enteros” y que causó la muerte de varias personas.

“El hecho de que la Autoridad Palestina haya puesto a disposición cuadrillas de bomberos ha sido además un gesto muy significativo – subrayó el prelado –. Puede representar el comienzo de una colaboración fructífera que esperamos que pueda continuar en condiciones favorables, cuando la paz tan deseada reine sobre esta tierra martirizada”.

Por otro lado, el patriarca quiso hacer referencia también a la masacre de cristianos del pasado 31 de octubre en Bagdad, uniéndose al llamamiento que hizo el Papa en aquella ocasión: “la paz: esta es don de Dios, pero es también el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales”.

Diáspora

Por último, el patriarca hizo referencia a su reciente viaje, en noviembre, a varios países de América Latina, donde existen importantes comunidades de palestinos cristianos en la diáspora.

El prelado, que viajó por Chile, Argentina, Honduras y Colombia, quiso recordar su encuentro con esas colonias palestinas: “Se trata en su mayor parte de emigrados entre 1900 y 1950 a causa de problemas debidos a la pobreza y a las condiciones de inseguridad”.

“Actualmente están bien integrados, muchos de ellos han expresado su disponibilidad para sostener nuestros proyectos y para venir en peregrinación a Tierra Santa”, celebró monseñor Twal.

Entre estos grandes proyectos, citó el nuevo Hospital Psiquiátrico de Belén, que llevará el nombre de Benedicto XVI, la Universidad de Madaba, que comenzará su actividad el próximo octubre, y el nuevo Sitio para peregrinos en Jordania, en los lugares del Bautismo de Cristo.

   

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ZENIT Staff

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