EE.UU.: Los hospitales católicos llegan a un acuerdo con los obispos

Ambos confirman la autoridad episcopal en las cuestiones morales

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WASHINGTON, D.C., jueves 3 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- La hermana Carol Keehan, foco de la atención pública por su apoyo a la reforma del sistema sanitario propuesta por Barack Obama y ante el rechazo de los obispos de Estados Unidos, admitió la autoridad del obispo local en la resolución de problemas morales y éticos que puedan acaecer en los hospitales católicos.

En una declaración realizada el pasado lunes, la hermana Keehan, que es la presidenta de la Catholic Health Association (CHA), mostró su adhesión al frente dirigido por el presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos (USCCB), el arzobispo de Nueva York, monseñor Timothy Dolan, afirmando la autoridad del obispo local para interpretar las Directrices Éticas y Religiosas para los Servicios de Cuidados Sanitarios Católicos.

Estas Directrices, ahora en su cuarta edición, fueron publicadas por los obispos en 2001 como una guía de comportamiento para los que trabajan en hospitales católicos.

Una comunicación de la USCCB declaró que habían existido conversaciones entre la hermana Keehan y el arzobispo Dolan para encontrar una solución a los problemas surgidos sobre la autoridad del obispo local en la interpretación y aplicación de estas directrices (ERDs). La Conferencia publicó un intercambio de cartas entre los dos donde se reflejan las conclusiones que comparten.

“Estoy feliz de tener la oportunidad para poder asegurar que tanto en público como en privado, la CHA siempre ha dicho a sus patrocinadores, miembros del consejo, gerentes y médicos, que un obispo en su diócesis tiene la autoridad para interpretar las ERDs”, escribió la hermana Keehan el pasado 18 de enero en una carta. “Queremos decir que un obispo tiene el derecho de interpretar las ERDs y de desarrollar sus propias directrices éticas y religiosas si así lo desea”.

La respuesta del arzobispo Dolan del pasado miércoles explicó el contexto de esta autoridad.

Afirmó que “en cualquier caso médico, y especialmente en alguno con complicaciones especiales, se requiere ciertamente de un apropiada consulta a los médicos profesionales y a los expertos en ética especializados en la enseñanza de la Iglesia. Incluso, como se ha afirmado, al final es el obispo de la diócesis el que decide la interpretación y la aplicación de las ERDs.

“Cuando los conflictos aparecen, es de nuevo el obispo quien tiene la decisión basando su autoridad en su magisterio. Una vez se ha tomado la decisión en un dilema, su aplicación ya no es competencia de las teorías morales o de las interpretaciones éticas u opiniones de los médicos que pueden ser legítimas. El asunto pasa a ser competencia de la autoridad del obispo”.

Una voz

El presidente de la USCCB afirmó que el futuro muestra “muchos momentos en el horizonte que pueden suponer un reto para la Catholic Health Care y para la USCCB. “Estos momentos serán oportunidades para reafirmar el compromiso de la Iglesia con los pobres y con el respeto al derecho a la vida”.

“Será muy importante que en esas ocasiones la Iglesia se pronuncie con una sola voz, y quisiera agradecer al CHA su continuado apoyo en estas cuestiones”, dijo el arzobispo.

Él mencionó dos áreas: El proyecto de ley Pitts-Lipinski de sufragar el aborto con fondos públicos y la cuestión de los derechos de consciencia.

Con respecto al proyecto de ley, el arzobispo Dolan agradeció el apoyo de la CHA, que en ese momento ya se había manifestado.

Respecto a la libertad de conciencia, afirmó: “Están aumentando las presiones políticas y sociales que pretenden forzar a la Iglesia a comprometer sus principios. La Iglesia siempre ha tenido estas presiones, pero actualmente me preocupa muchísimo la intrusión ilegítima del gobierno en nuestros hospitales. Por ejemplo, existe una preocupación grande por las amenazas a la libertad de conciencia, que ya han sido identificadas, mientras el Acta de Atención al Paciente estaba siendo considerado. Esto quedó sin resolver con la última ley”

El arzobispo afirmó que los prelados tienen “ideas concretas sobre cómo encauzar el problema”, y aseguró a la hermana Keehan que sus sugerencias serían bien acogidas.

“Por el bien común y para asegurar la integridad moral y doctrinal en el ejercicio de este apostolado”, declaró el arzobispo, “deberíamos trabajar juntos para enfrentar a esta y a similares amenazas a la conciencia”. 

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En la red: 

Declaraciones íntegras, textos y cartas: www.usccb.org/comm/archives/2011/11-024.shtml

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ZENIT Staff

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