Cuba: Castro decreta el fin del envío de excarcelados a España

Disidentes escépticos ante los cambios del VI Congreso del PCC

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MADRID, lunes 18 de abril de 2011 (ZENIT.org).- El gobierno cubano dio por concluido el proceso de excarcelación de presos de conciencia, “presos contrarrevolucionarios”–en la terminología del régimen–, fruto del diálogo tripartito de la Iglesia católica y los gobiernos español y cubano. Lo anunció el presidente Raúl Castro en su discurso en el VI Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC), que se celebra en La Habana.

El presidente cubano Raúl Castro, en su discurso, atribuyó las deficiencias de la marcha del país a su partido, el PCC, al que invitó a hacer una “severa autocrítica”.

El partido comunista, como toda la Isla, arrastra una burocracia hipertrofiada. Algo que es evidente en este mismo evento. Ha desplazado nada menos que a mil delegados para un país que cuenta con apenas 11,2 millones de habitantes, y con tendencia al crecimiento negativo.

En relación al proceso de excarcelación de presos de conciencia y políticos, Raúl Castro dijo en su discurso que daba por concluido el proceso de excarcelación de “presos contrarevolucionarios”, fruto del diálogo iniciado en julio de 2010 entre la Iglesia católica, el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos y el propio Castro. Este agradeció la colaboración del gobierno español.

Los disidentes, sin embargo, se han mostrado decepcionados con las palabras de Castro. “En este discurso no hay cambio en la manera en que se habla de la disidencia, los mismos insultos, la misma satanización”, comenta en Twitter la bloguera Yoani Sánchez desde Cuba, quien ha recibido, entre otros prestigiosos galardones, el Ortega y Gasset de Periodismo.

Por su parte, el exprisionero de conciencia Miguel Galbán Gutiérrez, llama la atención sobre el hecho de que, en las fotografías del VI Congreso, el hijo de Raúl Castro “ya se la colado en la tribuna”, que parecería el primer paso para entrar en la “nomenklatura” cubana.

Raúl Castro, comenta Galbán en su blog, “ha hecho unos ajustes, unos ligeros ajustes en sus planteamientos para evitar que las revueltas del mundo árabe lo salpiquen y no enfurecer a la población, que no admitirá quedar a estas alturas colgados de la brocha y sin escalera. Se mueve el dictador con cautela, muy bien asesorado, los despidos anunciados están parcialmente bloqueados y la eliminación del racionamiento se ha desacelerado”.

Dictarán , eso sí, “nuevas leyes para poder movilizar el inmenso capital inmobiliario que han expropiado durante 52 años, y donde se han acomodado ellos y sus herederos como corresponde a la nueva ‘burguesía castrista’ que ya pulula con descaro a la vista de todos”, concluye.

Ninguno de los 750 acogidos por España desde julio pasado (ex presos políticos y familiares) ha encontrado empleo, por lo que siguen dependiendo del apoyo que les prestan tres ONG financiadas por el gobierno, informó Europa Press.

Las tres ONG colaboradoras en la acogida son Cruz Roja, Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), y la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (ACCEM), heredera esta última de la homónima creada por la Conferencia Episcopal en su momento para ayudar a los emigrantes españoles en países europeos.

Estas entidades confirmaron a Europa Press que ningún cubano exiliado ha conseguido un contrato en el tiempo que llevan en España y sólo alguno hizo algún trabajo «esporádico» en fontanería, albañilería o carpintería.

Aunque el número total de ex presos políticos y sus familiares trasladados a España asciende a 763 (115 familias), los que permanecen en el país son 750, ya que varias familias se trasladaron a Estados Unidos, Chile y República Checa.

Quienes optaron por solicitar el asilo político tardaron seis meses en recibir el permiso de trabajo, pero los que aceptaron la protección subsidiaria, que les recomendaba el gobierno español, lo consiguieron a sólo un mes de su llegada. Hasta el mes pasado, el gobierno ha concedido 41 estatutos de asilados políticos -por tener «fundados temores» de que serían perseguidos por motivos políticos en la Isla- y 231 protecciones subsidiarias.

Mientras tanto, en el interior de la Isla, algunos sueñan con una “refundación” de Cuba. La líneas de esa soñada refundación se dibujan en el suplemento digital de la revista de la archidiócesis de La Habana Espacio Laical, titulado “Cuba: ¿hacia un nuevo pacto social?” (ver: http://www.espaciolaical.org/contens/esp/sd_125.pdf).

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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