BARCELONA, sábado, 23 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje que ha escrito el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, con el título “Los jóvenes y las raíces cristianas de Europa”.
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La festividad, mañana 25 de julio, del Apóstol Santiago y la proximidad de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) invitan a una reflexión sobre el futuro de la fe cristiana en Europa. La anterior JMJ, como se recordará, se celebró en Sydney, en 2008. Se escogió el continente australiano porque la anterior JMJ se había celebrado en Colonia (Alemania). El hecho de que ahora esta iniciativa retorne a nuestro continente tiene sin duda una clara significación.
Al comienzo del mensaje de Benedicto XVI a los jóvenes de todo el mundo, convocándolos a la JMJ de Madrid, se hace una referencia clara a los objetivos de este encuentro juvenil en el marco de la situación religiosa en Europa. Escribe el Papa: “Nuestra mirada se dirige ahora a la próxima JMJ que tendrá lugar en Madrid en agosto de 2011. Ya en 1989, algunos meses antes de la histórica caída del muro de Berlín, la peregrinación de los jóvenes hizo un alto en España, en Santiago de Compostela. Ahora, en un momento en que Europa tiene que volver a encontrar sus raíces cristianas, hemos fijado nuestro encuentro en Madrid, con el lema ‘Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe’ (Col 2, 7).”
Y añade el Papa: “Os invito a este evento tan importante para la Iglesia en Europa y para la Iglesia universal.” No hay duda de que la JMJ tiene una significación y un ámbito que abarca toda la Iglesia; sin embargo, las palabras del Papa subrayan la especial intención que tiene para Europa y para el futuro de la fe en ella.
En su mensaje a los jóvenes, Benedicto XVI se refiere a una cuestión que también trató en su reciente viaje a Santiago de Compostela y a Barcelona: el tema de Dios en la cultura occidental. “Es un contrasentido pretender eliminar a Dios para que el hombre viva –dice el Papa en su mensaje a los jóvenes. Dios es la fuente de la vida; eliminarlo equivale a separarse de esta fuente e, inevitablemente, a privarse de la plenitud y la alegría.” Y recuerda esta afirmación del Concilio Vaticano II: “Sin el Creador la criatura se diluye.”
La preocupación de Benedicto XVI por la fe en los países europeos es una constante de sus enseñanzas. En el mensaje a los jóvenes que comento, señala que la cultura actual, sobre todo en Occidente, tiende a excluir a Dios o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social. Recuerda el Papa algo que muchos no parecen dispuestos a reconocer actualmente: el conjunto de los valores que son el fundamento de la sociedad europea proviene del Evangelio. Y menciona expresamente éstos: el sentido de la dignidad de la persona, el sentido de la solidaridad, del trabajo y de la familia. Y señala el Santo Padre que “se constata una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún: un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza”.
Pocos días antes de ser elegido Papa, el cardenal Ratzinger habló de la “dictadura del relativismo”. Ahora, pensando especialmente en Europa, añade que “el relativismo que se ha difundido, para el que todo da lo mismo y no existe ninguna verdad ni un punto de referencia absoluto, no genera verdadera libertad sino inestabilidad, desconcierto y un conformismo con las modas del momento”. Habrá que seguir con mucha atención lo que el Papa diga a los jóvenes en la JMJ de Madrid, un evento mundial pero con especial intencionalidad de cara a Europa.