ROMA, miércoles 27 de julio de 2011 (ZENIT.org).- En base a la documentación descubierta recientemente por historiadores, la acción directa del papa Pío XII salvó la vida de más de 11.000 judíos en Roma durante la II Guerra Mundial.
El representante para Alemania de la Pave the Way Foundation, el historiador e investigador Michael Hesemann, ha descubierto muchos documentos originales de gran importancia en su investigación en los archivos de la iglesia de Santa Maria dell'Anima, la iglesia nacional de Alemania en Roma.
La Fundación Pave the Way, con base en Estados Unidos, fundada por el judío Gary Krupp, ha anunciado el hallazgo de los documentos en una declaración enviada a ZENIT.
“Muchos criticaron a Pío XII por haber guardado silencio durante los arrestos y cuando los trenes dejaron Roma con 1.007 judíos, que fueron enviados al campo de concentración de Auschwitz”, declaró Krupp. “Los críticos no reconocen ni siquiera la intervención directa de Pío XII para poner fin a los arrestos del 16 de octubre de 1943”.
“Nuevos hallazgos prueban que Pío XII actuó directamente entre bastidores para hacer que terminaran los arrestos a las 14.00 horas del mismo día en que comenzaron, pero que no consiguió detener el tren hacia un destino tan cruel”, añadió.
Según un estudio reciente del investigador Dominiek Oversteyns, el 16 de octubre de 1943 en Roma había 12.428 judíos.
“La acción directa del papa Pío XII salvó la vida de más de 11.400 judíos”, explica Krupp. “La mañana del 16 de octubre de 1943, cuando el papa supo del arresto de los judíos, ordenó inmediatamente una protesta oficial vaticana al embajador alemán, que sabía que no tendría éxito alguno”.
“El pontífice envió entonces a su sobrino, el príncipe Carlo Pacelli, donde el obispo austriaco Alois Hudal, cabeza de la iglesia nacional alemana en Roma, que era según algunos, amable con los nazis, y que tenía buenas relaciones con ellos. El príncipe Pacelli dijo a Hudal que había sido enviado por el papa, y que Hudal debía escribir una carta al gobernador alemán de Roma, el general Stahel, para pedir que se detuvieran los arrestos”.
En la carta del obispo Hudal al Generale Stahel se decía: “Precisamente ahora, una fuente vaticana [...] me ha referido que esta mañana ha comenzado el arresto de los judíos de nacionalidad italiana. En el interés de un diálogo pacífico entre el Vaticano y el mando militar alemán, le pido urgentemente que de la orden de detener inmediatamente estos arrestos en Roma y en la zona circundante. La reputación de Alemania en los países extranjeros requiere una medida de este tipo, y también el peligro de que el papa proteste abiertamente”.
La carta fue entregada en mano al general Stahel por un confidente del papa Pío XII, el sacerdote alemán Pancratius Pfeiffer, superior general de la Sociedad del Divino Salvador, que conocía personalmente a Stahel.
La mañana después, el general respondió al teléfono: “He transmitido inmediatamente la cuestión a la Gestapo local y a Himmler personalmente. Himmler ha ordenado que, considerado el estatus especial de Roma, los arrestos sean detenidos inmediatamente”.
Estos hechos son confirmados también por el testimonio obtenido durante la investigación del relator (alto juez) de la causa de beatificación de Pío XII, el sacerdote jesuita Peter Gumpel.
Padre Gumpel declaró haber hablado personalmente con el general Dietrich Beelitz, que era el oficial de enlace entre la oficina de Kesselring y el mando de Hitler. El general Beelitz escuchó la conversación telefónica entre Stahel y Himmler y confirmó que el general Stahel había usado con Himmler la amenaza de un fracaso militar si los arrestos continuaban.
Exenciones
Otro documento, titulado “Las acciones dirigidas para salvar a innumerables personas de la nación judía”, afirma que el obispo Hudal consiguió – a través de sus contactos con Stahel y con el coronel Barón von Veltheim – a obtener que “550 instituciones y colegios religiosos estuvieran exentos de inspecciones y visitas de la policía militar alemana”.
Sólo en una de estas estructuras, el Instituto de San Giuseppe, se escondían 80 judíos.
La nota menciona también la implicación “en gran parte” del príncipe Carlo Pacelli, sobrino de Pío XII. “Los soldados alemanes eran muy disciplinados y respetaban la firma de un alto oficial alemán... Miles de judíos locales en Roma, Asís, Loreto, Padua etc. fueron salvados gracias a esta declaración”.
Michael Hesemann afirma que es obvio que cualquier protesta pública por parte del Papa cuando el tren partió habría provocado la reanudación de los arrestos.
Además de ello, explica que la Fundación Pave the Way tiene en su sitio web la orden original de las SS de arrestar a 8.000 judíos romanos, que debían ser enviados al campo de trabajo de Mauthausen – para ser retenidos allí como rehenes – y no al campo de concentración de Auschwitz. Se puede pensar que el Vaticano creyera poder negociar su liberación.
Se ha sabido también que el Vaticano reconoció que el obispo Hudal participó activamente en ayudar a algunos criminales de guerra nazis a huir del arresto al final del conflicto.
A causa de su postura política, el obispo era persona-non-grata en el Vaticano, y de hecho fue reprendido por escrito por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Giovanni Battista Montini (futuro papa Pablo VI), por haber sugerido que el Vaticano ayudase a los nazis a huir del arresto.
Gary Krupp, director general de Pave the Way, comentó que la Fundación “ha dedicado amplios recursos para obtener y difundir públicamente todas estas informaciones para historiadores y expertos. Curiosamente, ninguno de los mayores críticos del papa Pío XII se ha molestado en venir a los Archivos Vaticanos abiertos (abiertos completamente, desde 2006, hasta el año 1939) para estudios originales, o ha querido acceder a nuestro sitio web gratuito, en base a los registros en Roma y a los nuestros”.
Krupp añade que tiene la sincera esperanza de que los representantes de los expertos de la comunidad judía romana lleven a cabo investigaciones en el material original, que se encuentra solo a pocos pasos de su casa.
“Creo que descubrirán que la misma existencia hoy de la que el papa Pío XII llamaba 'esta vibrante comunidad' se debe a los esfuerzos secretos de este papa por salvar cada vida”, dijo. “Pío XII hizo lo que pudo, cuando estaba bajo la amenaza de invasión, de muerte, rodeado por fuerzas hostiles y con espías infiltrados”.
Elliot Hershberg, presidente de la Pave the Way Foundation, añade: “En el servicio de nuestra misión, nos empeñamos en intentar ofrecer una solución a esta controversia, que afecta a más de mil millones de personas”.
“Hemos usado nuestros enlaces internacionales para obtener e insertar en nuestro sitio web 46.000 páginas de documentos originales, artículos originales, testimonios oculares y entrevistas a expertos para proporcionar esta documentación lista a historiadores y expertos”.
“La publicidad internacional de este proyecto ha llevado, casi cada semana, a nueva documentación, que muestra cómo nos estamos moviendo para eliminar el bloqueo académico que existe desde 1963”.
Por Jesús Colina