ROMA, jueves 10 de noviembre de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, llegó a la India esta semana para reunirse con algunos altos dirigentes religiosos de las religiones hindú, sij y musulmana.
Al cardenal Tauran –informa Radio Vaticano- lo acompaña el secretario del dicasterio que preside, arzobispo Pier Luigi Celata. Su visita se produce tras la Jornada de la Paz organizada por Benedicto XVI y celebrada en Asís el pasado 27 de octubre.
En Pune, cerca de Bombay, concluyó ayer una conferencia que duró tres días y que tenía el objetivo de “reforzar las relaciones” entre hindúes y cristianos y su “colaboración por la justicia, la paz y la armonía”.
Según monseñor Thomas Dabre, obispo de Pune, este encuentro entre un representante del papa e importantes responsables del hinduísmo, con el fin de promover la armonía, es un “precedente”y por tanto es un suceso “histórico”.
Este encuentro fue también ocasión para reflexionar sobre la contribución que la religión hace a la sociedad india y para explicar que la violencia y el terrorismo no pueden justificarse en nombre de la religión.
Ante la asamblea compuesta por cuarenta líderes católicos y una treintena de líderes hindúes, el cardenal Tauran dijo que las religiones son instrumento de paz y de unidad, pero se lamentó de que algunos grupos usen aún la violencia en nombre de la religión, creando desconfianzas entre las comunidades: “Es urgente volver la espalda al odio”, dijo el purpurado.
Estas palabras adquieren una importancia particular en el contexto de las tensiones interreligiosas en algunas partes de la India, como informa Eglise d’Asie, la agencia de las Misiones Extranjeras de París.
Los atentados contra las comunidades cristianas se reanudaron en Karnataka, estado indio meridional que con regularidad sufre olas de violencia colectiva.
Este 3 de noviembre, en Kankanady, la iglesia católica de Santa Alfonsa, de rito siromalabar, fue profanada, por la noche, por un grupo de jóvenes hindúes con un brazalete de color azafrán. Uno de ellos se alojaba en la residencia universitaria de los alrededores.