CIUDAD DEL VATICANO, domingo 1 julio 2012 (ZENIT.org).- A las 12 horas de hoy, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro. Ofrecemos las palabras del papa al introducir la oración mariana.
En sus palabras, Benedicto XVI recordó los dos milagros realizados por Jesús que relata el evangelio del día.
«Son dos episodios en los que hay dos niveles de lectura –dijo el papa–; aquel puramente físico: Jesús se acerca hasta el sufrimiento humano y cura el cuerpo; y aquel espiritual: Jesús vino a sanar el corazón del hombre, para dar la salvación y pide fe en Él».
«Estas dos historias de curación –explicó el santo padre- son una invitación para nosotros, a fin de superar una visión puramente horizontal y materialista de la vida. A Dios le pedimos tantas curaciones de problemas, de necesidades concretas, y es justo, pero lo que debemos pedir con insistencia es una fe más segura, para que el Señor renueve nuestra vida, y una firme confianza en su amor, en su providencia que no nos abandona».
«Jesús, que está atento al sufrimiento humano, nos hace pensar a todos aquellos que ayudan a los enfermos a llevar su cruz, en particular los médicos, los operadores sanitarios y cuantos aseguran la asistencia religiosa en las casas o asilos. Se trata de «reservas de amor», que llevan serenidad y esperanza a los que sufren», añadió.
«En la encíclica Deus caritas est, he observado que, en este valioso servicio, en primer lugar se necesita la competencia profesional –que es la primera necesidad–, pero esta por sí sola no es suficiente. Se trata, de hecho, de seres humanos, que tienen necesidad de humanidad y de la atención del corazón. ‘Por eso, dichos agentes, además de la preparación profesional, necesitan también y sobre todo una «formación del corazón»: se les ha de guiar hacia ese encuentro con Dios en Cristo, que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro'», dijo.
Y concluyó exhortando a pedir a la Virgen María «que acompañe nuestro camino de fe y nuestro compromiso de amor concreto, especialmente a los más necesitados, mientras invocamos su maternal intercesión por nuestros hermanos que viven el sufrimiento en el cuerpo o en el espíritu».
Se puede leer el texto completo de las palabras del papa en: http://www.zenit.org/article-42633?l=spanish.
Tras sus palabras en italiano, el papa se dirigió en su lengua a los distintos grupos lingüísticos. Hablando a los hispanoablantes presentes el papa dijo: «Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los jóvenes de la Parroquia de San Agustín de Guadalix. En el evangelio de hoy, Jesús le dice a Jairo: ‘No temas; basta que tengas fe’, y tomando de la mano a su hija le devuelve la vida. Queridos hermanos, gracias a la fe, Jesús nos hace participar en su misma vida divina. Que este tiempo de vacaciones sea una oportunidad para fortalecer la fe, a través de la oración y la caridad. Feliz domingo».