Por José Antonio Varela Vidal
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 5 julio 2012 (ZENIT.org).- En estos días estuvo reunido el Consejo de Cardenales encargado de tratar los asuntos económicos de la Santa Sede, donde han recibido informes directos sobre la situación financiera del Vaticano. Entre los asistentes estuvo el cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, quien conversó con ZENIT sobre esta importante reunión y también de los desafíos pastorales y políticos de su país.
¿Qué le trae esta vez por Roma?
–Card. Urosa: He venido a la reunión del Consejo de Cardenales para los asuntos administrativos y económicos de la Santa Sede. Hemos tenido una reunión muy intensa con la asistencia plena de los quince cardenales, con informaciones muy buenas sobre la marcha de los asuntos del Vaticano. Me siento muy satisfecho por esta reunión.
Si Usted está satisfecho con los informes, entonces todos podemos estar tranquilos…
–Card. Urosa: Las cuentas van bien, algunos altibajos pero afortunadamente hay una actitud de mucho control, mucha precisión, de administración muy exacta, y que tiene en cuenta el carácter –diría hasta sagrado–, de los fondos que se administran. Yo aprecio muchísimo el trabajo que hace tanto la Administracion del Patrimonio de la Sede Apostólica, como el Governatorado del Vaticano y la Prefectura. Por otra parte, es de una gran cortesía del Vaticano el convocar a esta reunión y solicitar nuestra opinión. Podemos decir que las cosas van bien en medio de una crisis económica global, y estoy seguro de la competencia y la dedicación de quienes están al frente de estas instituciones.
¿Cómo ha recibido la carta del papa al cardenal Bertone, ratificándole su confianza?
–Card. Urosa: Es muy importante esa manifestación de apoyo y de confianza del santo padre al cardenal secretario de Estado, en medio de circunstancias difíciles y en medio de una gran cantidad de rumores que son simplemente eso, especulaciones que quieren dañar la marcha interna de la Santa Sede, y que debemos considerar como cosas sin fundamento.
Parece que también se ataca la marcha externa, ¿no?
–Card. Urosa: De eso se trata, quieren afectar la credibilidad y la imagen de la Iglesia, pero gracias a Dios las cosas se están haciendo bien. Se verá que son especulaciones sin fundamento, y sobre eso de la filtración, de lo cual ya expresé mi solidaridad con el santo padre y la Santa Sede, todos son esfuerzos por dañar la imagen y la reputación, la fama de la Iglesia en medio de un mundo que se mueve por envidias y por deseos que no corresponden a lo que es la vivencia de la fraternidad y de la eclesialidad de la Santa Sede.
Vayamos hasta Venezuela, ¿qué preocupa actualmente a los obispos venezolanos?
–Card. Urosa: A nosotros nos preocupan las tendencias de secularismo, de consumismo, de hedonismo, materialismo y relativismo que se da especialmente en el mundo occidental, y que están afectando la vivencia de la fe. Por eso pensamos que las iniciativas del papa en orden a la proclamación de la fe y a la nueva evangelización, le van a dar un nuevo impulso a esta tarea que es imprescindible por parte de la Iglesia, y en particular de los obispos y los sacerdotes. Yo creo que hay que afrontar con mucho entusiasmo el reto de anunciar a Jesucristo en el mundo como el verdadero Salvador, porque la salvación no viene ni del dinero ni del sexo ni del poder, ni de la soberbia humana, sino viene precisamente de Dios a través de su hijo único que es enviado precisamente para darnos respuestas a los interrogantes de la existencia humana: ¿qué es el ser humano?, ¿hacia dónde vamos?, ¿en qué consiste la felicidad?
Ya los obispos de América Latina habían avanzado algo después de Aparecida, ¿no?
–Card. Urosa: Nosotros estamos comprometidos con la nueva evangelización muy fuertemente desde que el papa Juan Pablo II lanzó ese gran reto en 1983, y luego con la iniciativa de Aparecida de lanzar una mision evangelizadora continental. El episcopado venezolano ha acogido estas iniciativas con mucha fuerza y se está trabajando con particularidad en cada diócesis. Nosotros en Caracas dedicamos tres años intensos a la Misión Continental evangelizadora, y como fruto de esa actividad hemos preparado un nuevo Plan de pastoral de conjunto que lanzaremos a fin de año. Estamos trabajando fuertemente en esa línea porque percibimos una realidad que nos interpela con las características que ya mencioné de secularismo, y en Caracas de manera particular con el problema de la escasez de sacerdotes, que hace que mucha gente –inclusive bautizados–, no conozcan a Jesucristo o no conozcan bien su fe, por lo cual lo de la nueva evangelización es un reto permanente que estamos afrontando con decision y entusiasmo.
Hay una realidad que crece en varios países del continente, y es la “santería”, ¿Qué hacer?
–Card. Urosa: El mensaje es que Jesucristo es el único salvador. La santería surge como una respuesta de la gente al anhelo de Dios cuando no ha tenido contacto con el evangelio de Jesucristo. Nosotros hemos tenido en los últimos años en Venezuela un crecimiento fuerte de la santería, precisamente por la falta de conocimiento de la fe, de Jesucristo, por lo que la respuesta a ese fenómeno debe ser el presentar a Jesús como nuestro Salvador, como el único que puede responder a las necesidades e interrogantes que los seres humanos tenemos en nuestros corazones. La santería dejará de crecer cuando realicemos nuestra labor evangelizadora.
Hay una oleada en los países de América Latina por imponer otro modelo de matrimonio, por atacar la vida del niño por nacer, ¿a qué responde esto?
–Card. Urosa: Eso responde a lo que decíamos antes, esa tendencia hedonista, al materialismo, esa tendencia a olvidarse de Dios, que está muy presente en el secularismo, que queriendo copiar los malos ejemplos de otras culturas, en nuestros países quieren implementar unas formas absolutamente erróneas de familia, de matrimonio, etcétera. Entonces tendremos que luchar fuertemente para sostener la verdadera y natural índole de la familia, y para defender la vida y la integridad del matrimonio. Son retos que se presentan como consecuencia de esa fuerte corriente secularista que nos está invadiendo, y que para responder se necesita realizar una acción evangelizadora intensa, fuerte y entusiasta.
Actualmente se vive un proceso electoral en Venezuela, ¿cuál ha sido el llamado de los obispos a los candidatos?
–Card. Urosa: Debo decir que hemos vivido en permanente agitación política en los últimos años. Y ahora se presenta un periodo fuerte de elecciones. En primer lugar están las elecciones presidenciales, luego las elecciones para gobernadores de los diversos estados, y a principio del proximo año, serán las elecciones para las alcaldías, de manera que tendremos unos meses más agitados que de costumbre… Una cosa que es muy importante, y en la cual hemos insistido, propiciando reuniones con el gobierno y los líderes de oposición, es procurar que estas campañas se realicen con el respeto debido a los derechos políticos y civiles de todos los ciudadanos, que no haya ningún tipo de violencia y se evite el ventajismo. Lamentabemente debo decir que hay mucho ventajismo del oficialismo con relación a la campaña electoral, porque ellos tienen el uso de una gran cantidad de recursos del estado que no deberían usar. La acción de los obispos va en la línea de propiciar la convivencia pacífica, el respeto a la actividad política de todos los participantes, y el mantenimiento de la paz con exclusión de cualquier tipo de violencia, tanto verbal como física. Esto porque lamentablemente hay una gran polarización y se han dado ya pequeños casos de ataques de algunos grupos afect
os al gobierno, contra actividades políticas de la oposición, por lo que hemos insistido de que eso quede descartado durante el desarrollo de la campaña electoral.
¿Hay algo que rescatar de los gobiernos del presidente Chávez?
–Card. Urosa: Algo que el gobierno ha realizado es el darle protagonismo a los más pobres, y eso ciertamente es muy positivo y por eso ha tenido una gran aceptación. Por otra parte han habido una gran cantidad de programas sociales, algunos de los cuales son muy positivos como el de alfabetización, el de distribución de alimentos, o un programa que ha sido bastante bueno llamado ‘Barrio adentro’, la salud cerca del pueblo, que son cosas positivas. Pero por otra parte, el gobierno ha querido implantar contra la voluntad popular manifestada en un referéndum de diciembre de 2007 –que rechazó la imposición del socialismo como sistema político en la constitución–, una serie de leyes que están fuera del marco constitucional. Nosotros ya hemos manifestado con dos documentos suscritos por todos los obispos, que eso es inaceptable porque es inmoral, va en contra de la voluntad popular y está contra la Constitución.
¿Cómo está la salud del jefe del Estado?
–Card. Urosa: El presidente ha dicho públicamente que está enfermo y todos los venezolanos sabemos eso, y que está siendo sometido a tratamiento. Dios quiera que se cure completamente porque es importante para la estabilidad política del país.
Él lo ha atacado a usted muchísimo a nivel personal… ¿Acaso ya le ha pedido perdón?
–Card. Urosa: No, el presidente no ha pedido perdón, simplemente ha cesado recientemente en sus ataques. Yo por mi parte perdono las ofensas, aunque las rechazo, y exijo que se respete mi dignidad como persona, como ciudadano y como obispo de la Iglesia católica en Venezuela.
¿Puede enviar un mensaje final a los lectores venezolanos de ZENIT?
–Card. Urosa: ¡No solo a los venezolanos, sino a todos los lectores de ZENIT! Estamos en una época muy importante, en la que la Iglesia tiene que renovarse y esta renovación exige conversión, exige un mayor acercamiento a Dios, una mayor vivencia de la fe, una mayor práctica religiosa, un mayor fervor. Que no nos dejemos contaminar por la secularización en nuestro espíritu, en nuestras formas de vida y en las actitudes ante Dios y ante lo religioso. Creo que la renovación de la Iglesia es fundamental, y es uno de los objetivos del Año de la Fe. La nueva evangelización pasa por una conversión del corazón, en la vivencia del evangelio de Jesucristo, y en la práctica de todas las virtudes. Asimismo, en una acción pastoral mucho más intensa, con mayor alegría y mayor claridad por parte de todos nosotros, pero particularmente de los sacerdotes, los religiosos, los diáconos, los agentes pastorales laicos y de los mismos obispos. Todos tenemos que fortalecer nuestra vivencia de la fe y nuestra entrega a Jesucristo, porque sabemos que Él es el camino, la verdad y la vida, y eso es algo que tenemos que demostrarlo en nuestra actitud y en nuestro trabajo pastoral.